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| Omaira Abinade en un espectáculo contemporáneo. |
Imposible reseñar el espectáculo Panamax,
el cual se presenta en el teatro Chacao, bien creado por Carlota Vivas, a
partir del texto de Ibsen Martínez (1951), sin evocar su telenovela Por estas calles, la cual sacudió a Venezuela
entre los años 1992 y 1994. Ahí advirtió lo que podría pasar en las décadas posteriores,
si la gente honesta no luchaba por construir un mundo donde imponer sueños, amor
y verdad para hacer una sociedad mejor. Y además recalcó que no se podía vivir únicamente
el presente sin ir avizorando el futuro.
Como no le hicieron caso a su prédica, Vivas vuelve con Panamax para plasmar las consecuencias
de tal desatino y entrega un amargo sainete donde las clases medias de una sociedad
se dedican a la sobrevivencia con oficios que eran deleznables, mientras otros
roban utilizando la corrupción de los políticos y la vista gorda de algunos
países con siniestras leyes financieras, plasmando así una generación de bachaqueros
compitiendo con una horda de mediocres que arruinan a su pais. Donde
nadie tiene buenas intenciones y todos luchan contra la mala suerte por ser
infecciosa.
Panamax es,
pues, una sátira sobre la ambivalencia moral de
algunos venezolanos ante la actual crisis económica y política. Lo que se exhibe
en Chacao es de crudo verismo, con ácido humor y ese toque sainetero que José
Ignacio Cabrujas hizo suyo en El americano
ilustrado. El elenco, muy comprometido con los textos y la filosofía que de
ahí emana, además de encarnar a sus personajes de manera convincente, lo
integran Rafael Romero, Nattalie Cortez, Ana Melo, Omaira Abinadé (¡bravo!), Katherine
Dalis, Tony Vargas, Fabiola Castillo, Roxy Henríquez y Ezequiel Serrano. Hay
teatro vernáculo. Y el público dirá la última palabra.
No es que Ibsen Martínez sea brujo o algo
parecido. Es un criollo agudamente crítico
y lo demuestran sus obras Humboldt & Bompland, taxidermists
(1981), La hora Texaco, LSD, Fiero amor, Petroleros
suicidas, Como vaya viniendo y Drinking
again.
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