jueves, mayo 05, 2016

García Lorca está en la escena caraqueña

Este García Lorca criollo es una visión valiosa en lo estético e ideológico
Lo odiaban porque era rojo, poeta y gay. Lo fusilaron por las nalgas para que le doliera más. Además desaparecieron su cuerpo y le negaron una tumba para “borrar su alma”. Sus verdugos fascistas enloquecieron. Jamás comprendieron como sus personajes teatrales y su poesía son inmortales y que algún día el mundo lo exaltaría y sería el intelectual modelo de un nuevo mundo de libertad y amor.
En estos días, cuando hay que evocar ocho décadas del fusilamiento y desaparición de Federico García Lorca y se festejan 41 años de la muerte del generalísimo Francisco Franco, ya en el reino de España se habla del fin de la transición legal y hasta proponen luchar para lograr la transición ética. ¿Qué pasará?
Imposible una predicción, pero en Caracas un joven puñado de artistas venezolanos antifascistas ha iniciado la tercer temporada de Yo, Federicocomo para que nadie olvide jamás el epílogo existencial del autor de La casa de Bernarda Alba, Yerma, Mariana Pineda y otros textos teatrales y poéticos, a manos del franquismo, aquel 20 de agosto de 1936. Este texto de Jan Thomas Mora Rujano  ha sido muy  bien escenificado por Dairo Piñeres y los coreógrafos Angélica Escalona y Carlos Dimas, apuntalados en las destrezas físicas y actorales de Theylor Plaza, descalzo y de punta en blanco, y en el virtuosismo de nueve intérpretes-bailarines, quienes usan botas y faldas semilargas oscuras y llevan los torsos desnudos y las cabezas rapadas, cual sórdido atuendo andrógino contemporáneo. Es un espectáculo impactante y novedoso, de 50 minutos, acompañado por el Sound Track de un ejemplar y profesional trio de músicos (Leonardo Maldonado, Ricardo Chacín y Gabriela Sarauz), que puede suscitar enconadas polémicas por lo que se hizo y como se hizo, o incluso exigir que dure 30 minutos más para exacerbar más a la  fascinada audiencia. 
Se trata de un alucinante unipersonal sobre García Lorca, donde el vate se entrega a un delirio dancístico con los textos de personajes básicos de sus obras y hasta se materializa al torero Ignacio Sánchez Mejía en una hermosa faena taurina poética, e incluso se reviven los agrestes romances del poeta con Dalí.
Yo, Federico está lejano de la estética tradicional lorquiana y por eso busca y obtiene códigos visuales contemporáneos, lo cual no es malo, sino todo lo contrario, ya que actualiza su prédica contra el fascismo, que está más vivo que nunca y capaz incluso de masacrar incluso más desvalidos poetas, como siempre lo ha hecho.

Con este montaje, hibrido delicioso de patético teatro y danza contemporánea, producido por Héctor Becerra, el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela celebra 25 años de labores. El elenco está conformado por Theylor Plaza (valioso comediante) en el papel de Federico García Lorca, acompañado de Carlos Dimas, Gerardo Sorongo, Alejandro Martínez, Andrew White, Edward King, Francisco Aguana, José  Angarita, Javier Peña y José Figueroa. La producción ejecutiva es de Luis Rendón, asistencia de dirección de María Eugenia Gutiérrez. El diseño y realización de utilería y máscaras es de Noelia Rojas, la pintura escénica y el vestuario de Oriely Brizuela. Hace temporada en la sala Rajatabla.

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