miércoles, diciembre 30, 2015

Elio Palencia, amador satisfecho del teatro venezolano

Un dramaturgo que sí ama su país,a pesar de las rémoras.
Honrar honra, enseña el poeta cubano José Martin, y lo citamos como preámbulo  en esta entrevista con  Elio Palencia (Maracay, 1963)  un artista silencioso y trabajador, que solo se lo conoce por su ya larga lista de piezas teatrales,  montadas todas con éxito, como el reciente espectáculo Aru, amante de las mujeres, al cual hemos considerado  como el mejor de la temporada 2015.
¿Cuál es su análisis del estado actual del teatro criollo? ¿Qué propone o qué ofrece?
No creo contar con suficientes datos para un análisis serio y más aún cuando soy de los que piensan que no hay uno, sino muchos teatros. No obstante, mi percepción es positiva, pues pese a lo fragmentario del medio y al aún exiguo apoyo de unos sectores público y privado que –excepciones aparte- no terminan de comprender el hecho teatral y su función orgánica dentro de una sociedad, contamos con renovadas energías, diversidad y una inmensa voluntad de seguir haciendo con expresiones libres y empáticas, llevando a puerto discursos, con o sin fines de lucro, con riesgos de vuelo artístico o como saludable y legítimo entretenimiento, contribuyendo a crear nuevos públicos y consolidarlos, pese a los innumerables obstáculos, generalmente materiales. Al hilo de lo cual, no estaría mal en estos tiempos que otros sectores volvieran la mirada hacia lo que hacemos porque tal vez tengamos algo qué decir en esto de la “cultura del trabajo” y la “capacidad productiva” a través de ese arte milenario gracias al cual la humanidad puede seguir viéndose a sí misma. ¿Respecto a mí? Seguir trabajando, procurando lealtad a mis necesidades expresivas, sentido lúdico, respeto a los otros y disposición a aportar algo al entorno en el que vivo.
¿Cuál es su balance profesional en este 2015? ¿Satisfecho?
Estoy muy satisfecho. Contabilizo: una propuesta de guion para cine, una teleserie para niños, la adaptación de La ópera de tres Centavos, la dramaturgia para el musical Aireteatro pop tributo a Mecano, el cual se estrenó exitosamente en Maracaibo y, encima, haberme dado el lujo de dirigir y producir teatro con un equipo de excepción. Sería un desagradecido si no me considerase satisfecho. Eso sin contar con reposiciones y  nuevos montajes de algunas de mis piezas (Mátame, mamá,  Habitación para hombre solo, Promoción Honor a mis Padres, Penitentes  en Valencia y en México D.F.) y haber sido incluido en las antologías de Leonardo Azpárren Giménez y de Paso de Gato. Son privilegios que, a mi juicio, debe ser honrados con gratitud, más trabajo, riesgo y, a ser posible, con generosidad.
¿Qué planes tiene para el 2016, en lo referente a estrenos, con producción propia, o ajena?
En teatro, mover el montaje de Aru, amador de las mujeres, pues es un trabajo hecho principalmente con el criterio de un alcance popular y el objetivo de ser llevado a la mayor cantidad de espectadores. Ojalá encontremos el apoyo institucional y la sensibilidad entre los gerentes culturales, para ello. Lo intentaremos. En cuanto a montajes de textos, para la celebración de los 30 años de Teatrela –que ya comenzaron en el 2015-  se tiene previsto el estreno de Donde caerme viva bajo la dirección de Costa Palamides, con maravillosas actrices que le han acompañado a lo largo de tres décadas (Eulalia Siso, Norma Monasterios, Nirma Prieto, Diana Volpe, Marisol Mateus). Un honor  que me tiene muy emocionado, de verdad. Por otra parte, el grupo Primera Escena, que llevan Ángel Pájaro y Weidry Meléndez, va a producir el musical para niños Miniña, una yegua de otra tierra. También espero que el espectáculo Aireteatro pop tributo a Mecano, concebido, producido y dirigido el talentoso zuliano Marcos Meza, concrete sus presentaciones en Caracas y en otras ciudades del país. Para abril, en Buenos Aires estrenarán una de mis primeras piezas Secuestro Rosa que, paradójicamente, aquí no se ha estrenado en el ámbito profesional. Por otro lado, espero que los proyectos audiovisuales vean salida para su producción y difusión en las pantallas.
¿Cómo es la obra que tiene Palamides para estrenar?
Es una pieza escrita en 2014 en la que juego con ciertas recurrencias de mi trabajo. Creo que Donde caerme viva coincide con la línea de  La quinta Dayana,  Detrás de la avenida y  Penitentes  en cuanto a temas como la justicia, la sexodiversidad, la religiosidad y la violencia urbana e intrafamiliar, en una voluntad de compartir preguntas y ahondar más eso que podría llamarse “el personaje venezolano”, en este caso, todos mujeres.  Desde mis primeras piezas, la indagación en lo femenino ha formado parte de mis motivaciones. Ya en 1989 escribí  Secuestro Rosa  y posteriormente Del alma querida, en la que quise trabajar la memoria nacional más reciente y la maternidad. La reina del soufflé, Mátame mamá, Doña Bárbara, la perfecta ama de casa,  Remota, amiga remota  y algunos monólogos también han tenido su fuente en visiones y preguntas sobre el mundo de distintas mujeres de nuestra Venezuela.
¿Qué está haciendo con su dramaturgia, especialmente para su difusión afuera?
No hago mucho, la verdad. Siempre he tenido la impresión de que mi imaginario y esa búsqueda en el personaje venezolano, sus contradicciones y sus contextos, que es lo que más me mueve, difícilmente tendrían receptividad en otros países. Y, ojo, eso no lo digo como un valor, se da así, y punto: cada uno atiende a sus estímulos y necesidades expresivas, y estas pueden coincidir o no con pocos o muchos lectores o espectadores. Por eso mi afán y mis esfuerzos han sido más por la difusión en el país a través de la publicación, cosa  más difícil que de costumbre, últimamente. No tan en broma, he dicho alguna vez que si mis piezas llegarán a alguien de Guasdualito, Moruy o Pejugal, yo me daría por muy satisfecho. Para mi sorpresa, me he encontrado con que no sólo han hallado eco en el interior del país, sino también en otras latitudes, generalmente en ámbitos alternativos.  Arráncame la vida, por ejemplo, tuvo más de cien funciones en México DF y acaban de hacer una adaptación en Valencia, España.  Penitentes  se montó en Puerto Rico, Panamá y para el público latino de Nueva York, y ahora Secuestro Rosa será exhibida en Buenos Aires. Aparte del sitio web (www.eliopalenciadramaturgia.com) desde donde se pueden bajar mis textos y que está conectada con la de Gustavo  Ott,  no hago mucho más. Me gustaría lograr la traducción de algunas piezas, pero es algo que sin, apoyos institucionales o patrocinios, resulta bastante difícil.
¿Usted dicta talleres de dramaturgia o de guiones?

He conducido un taller  para Monte Ávila Editores y algunos cortos para la  CNT. También he realizado clínicas de guion en el Laboratorio del CNAC. Han sido experiencias muy gratificantes y agotadoras por lo exigente que me resulta, pues mi concepción de la enseñanza, inscrita en el ejercicio de la mayéutica o el docente como “partero”, suele ser poco ortodoxa y demandar mucha sutileza. El extremo respeto y cuidado que me impongo para con el imaginario y la voz de cada participante, suponen grandes esfuerzos añadidos. Para mí es un lujo, porque salvo excepciones, la docencia sigue siendo muy mal compensada económicamente. Por eso suelo ser muy selectivo a la hora de aceptar este tipo de responsabilidades. Pero siempre estoy abierto, me gusta. Nutre muchísimo y supone una posibilidad reciclarse y confirmar que, independientemente de valoraciones, uno tiene una experiencia para susceptible de ser compartida y cuya socialización resulta, sin duda, un aporte adicional al del propio trabajo dramatúrgico

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