viernes, septiembre 18, 2015

El teatro evoca al bolerista Felipe Pirela

Un zuliano que triunfó y murió muy joven.
A 43 años  de su rocambolesco asesinato en un callejón de San Juan de Puerto Rico, Felipe Pirela no ha sido olvidado y una prueba son los 2500 espectadores que aplaudieron las 10 funciones del espectáculo de Paúl Salazar Rivas en el teatro Bolívar de Caracas.
Ese remontaje de la tragicómica pieza La última voluntad de Felipe Pirela, denuncia como la homofobia mata o desgracia  la vida a quienes no aceptan pautas de conducta y optan por degustar lo prohibido. Permitió, una  vez más,  ponderar el recurso de hacer teatro dentro del teatro y disfrutar así de cuatro personajes-pacientes, de un psiquiátrico de Puerto Rico, quienes, en la época actual,  representan la historia de Felipe; saga elaborada con secretos a voces, éxitos, traiciones, discriminación e intolerancia los cuales reconstruyen la pasión y el calvario del bolerista, encarnado por el correctísimo vocalista Jorge Velázquez, quien interpreta algunos de sus éxitos; sus interpretaciones son como un bálsamo, mientras los actores-locos (Aura D’Arthenay, Carlos Minoves, Jonathan Urrea y Karla Pravia) recrean el drama del cantante, quien no tuvo un sensato asesor o manager para cuidarse de la ignominia y del acoso que le hacían.
Felipe Pirela (Maracaibo, 1941) era bisexual y para bajarle el volumen a lo que decían en la calle y especialmente desde los periódicos y revistas de Venezuela, se casó, a los 23, con una menor  de edad (ella de 14). Fue peor el remedio que “la enfermedad”. Dos años después lo divorcian –según reza en el documento legal- por “homosexualidad, lesiones personales y privación de libertad”. Venezuela era otra y las tribus, como la de “David”, impartían justicia. De ahí en adelante su existencia fue dando tumbos, estimulada por  falsos amigos, amores estériles, alcohol y drogas, hasta que lo mataron en  la madrugada del 2 de junio de 1972.
Él había pedido a sus amigos que si le pasaba algo no quería que lo sepultaran en Venezuela porque aquí le habían desgraciado su existencia. Su familia lo sembró en el Zulia el 5 de julio de 1972, desechando así su última voluntad.Paúl Salazar Rivas ha replanteado artíscamante la cruda historia del gran bolerista.

Ahora Felipe Pirela también resucitará en el  cine y será durante el próximo diciembre cuando lo muestre el director  Diego Risquez.

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