sábado, noviembre 22, 2014

Bernarda Alba 2014

Federico García Lorca y su  melodrama La casa de Bernarda Alba (1936)   son entes conspicuos del mejor teatro venezolano antifascista desde hace 60 años. Alberto de Paz y Mateos lo estrena el 23 y 24 de octubre de 1954 en el  Municipal de Caracas,  después que Margarita Xirgú lo hace el 8 de marzo de 1945 en el   Avenida de Buenos Aires. Y ahora Vladimir Vera presenta audaz, respetuosa y minimalista versión para festejar los 43 años de la fundación Rajatabla, a partir del 13 de noviembre de 2014.
Los teatreros Horacio Peterson, Ibrahim Guerra, José Ignacio Cabrujas, Iraida Tapias, Orlando Arocha y hasta Javier Vidal exhibieron versiones de La casa de Bernarda Alba donde se abordan temas que para la sociedad del siglo XXI son cotidianos: represión y   libertad,  abuso de poder,  prejuicios sociales frente a la mujer para negarles el libre albedrío y la violencia frente a la disensión.
Esta obra es la saga de cinco damas condenadas a no conocer varón, quienes obedecen a una madre tirana encerrada en su casona y prisionera del qué dirán. Un hombre, no visible, es el verdugo de las pasiones de esas mujeres que se consumen por la envidia, el deseo, el odio, y las ansias del poder, todo en medio de una atmosfera de agonía y muerte. Es la fábula de Bernarda Alba y sus hijas enamoradas de Pepe el romano. Una madre que no cree si no en lo que ve y dispuesta a sacrificar incluso a sus hijas con tal que se respete el código del honor español, consecuencia de medievales conductas de comportamientos sexuales, normados por la hipócrita moral del catolicismo.
El dramaturgo usa  el realismo escénico y lo utiliza  para plantear  metáforas sobre su España,   espejo de la crispada República Española, amenazada por un golpe de Estado que trata de impedir cualquier cambio, pero donde Adela, una joven lucha contra una sociedad basada en  apariencias y en  superioridad jurídica de los machos sobre las féminas, al tiempo que reivindica  su derecho a la libertad sexual. La pieza denuncia el abuso de poder,  la represión, a  la libertad de ser y/o de expresarse, maltrato a la mujer,  el temor al Eros, de los seres castradores, la autodestrucción de la soberbia,  el fracaso de la desesperanza,  el accionar contra la propia esperanza y la de los otros.
Vera se ciñó al texto y recreó  didascalias  para mostrar a hombres y mujeres con  torsos desnudos en  coros alegres y funerarios que acompañan a todo el espectáculo y crean así una atmósfera viscosa que atrapa a  las  hijas de Bernarda y su servidumbre; este, además del ritmo siempre creciente del espectáculo, son aportes del director, quien logra el montaje  con cinco sillas Thonet y una mesita como únicos elementos escenográficos,  además usa un espacio   en blanco y negro, carcelario, donde se desarrolla el melodrama de cinco mujeres o de un país.
 Imposible dejar de nombrar al valioso elenco actoral integrado por Francis Rueda, Nyrma Prieto y Fedora Freites en los roles básicos de Bernarda Alba, La Poncia y Martirio, además de Myriam Pareja, Adriana Bustamante, Graziella Mazzone, Daniela Leal y Valentina Garrido en las caracterizaciones de la abuela María Josefa, Angustias, Magdalena, Amelia y la enamoradiza y suicida Adela. Un elenco bien apuntalado con Evelia Di Genaro, Mayra Santos,  Katya Ramos y un grupete de alumnos y alumnas de los talleres de la Fundación Rajatabla. Un trabajo global valioso y entregado de lleno a reproducir la atmósfera de lo que legó Federico García Lorca contra el fascismo, ese que lo mató físicamente, más nada, hace 78 años.
Este espectáculo sale de cartelera este domingo y será en enero o febrero de 2015 que volverá a escena.

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