miércoles, octubre 24, 2012

¿Amas?, los tres amores de Chocrón


Por  ROBERTO LOVERA DE SOLA |@ CodigoVenezuela
 El título de ¿Amas? un curioso juego metafórico? Es toda una definición, más allá de pensarse en un ama de llaves, presente entre sus personajes, es la pregunta sobre el amor, es decisivo en la vida: amamos o no, sino no lo hacemos no somos humanos
Nos da gusto recibir en esta sesión de “La tertulia de los sábados” a Edgar Moreno Uribe de quien vamos a escuchar ahora la lectura dramatizada, que es de hecho un estreno, de su pieza de teatro ¿Amas?, un título de grande bifrontalidad, como lo veremos. Queremos darle las gracias que haya permitido a la Fundación Herrera Luque que esta sabrosa comedia dramática se escuche por vez primera en nuestra sede dentro de esa serie de actividades que estamos organizando para acercar el teatro a las gentes.
Antes de entrar en ¿Amas? debemos decir que es muy grande la deuda que el teatro venezolano de las últimas décadas tiene con Edgar Moreno Uribe. A su constancia se debe el singular trabajo de comentario crítico de nuestra actividad en este campo la cual le ha dado tema para numerosas columnas como para la preparación de sus libros cuya consulta es obligatoria si deseamos seguir el periplo de la escena venezolana desde fines desde los años sesenta hasta estos días.
¿Amas? no puede ser de mayor importancia. Ello por varias razones: por rendir en ella homenaje a Isaac Chocrón (1930-2011) a quien fue, a nuestro entender, el primer dramaturgo venezolano del siglo XX (ver nuestro “Isaac Chocrón, el primer dramaturgo del siglo XX venezolano”,www.arteenlared.com: Caracas: abril 13,2012). Segundo por ser una pieza de caris biográfico que toca el aspecto más doloroso de su vida y de su obra literaria, vertida en varias de sus piezas. Decimos creador literario porque Isaac lo fue sino porque así nos lo confesó un día: “Mi pasión fundamental no ha sido el teatro ha sido escribir”(El Universal, Caracas: Febrero 18,1973). En tercer lugar porque las vivencias que se recrean en ¿Amas? fueron las que dieron nacimiento a sus piezas más íntimas, a sus llamadas obras familiares, Animales feroces (1963),Clipper (1987) y Tap dance (1999). Todas ellas tocan uno de sus temas predilectos: el amor. De estas visiones nosotros no excluiríamos ni La máxima felicidad (1976), ni Escrito y sellado (1993) en donde su concepción de la familia elegida, uno de sus temas más queridos, aparece claramente.
Pero fue el dolor, el abandono de la madre, lo que dio nacimiento, en Animales feroces, a su gran meditación sobre esta íntima tragedia. En la siguiente Clipper nos mostró, con toda ternura, el universo familiar que lo sostuvo en el abandono; en Tap dance encontramos la historia de la reconciliación. Sin embargo, la noche que fuimos a ver Tap dance, en el camerino de los actores, al darle nosotros está opinión Isaac nos dijo, “no Roberto, esta no es la pieza de la reconciliación es la pieza del perdón”. Hasta allí llevó su transparencia anímica, por todo este proceso fue por lo cual pudo ser Isaac el hombre feliz que fue. Y el hombre realizado, sobre todo en sus palabras para el escenario, alguien que comprendió que, como en La Revolución (1971), si un cambio no es interno no tiene sentido, todo surge dentro de nosotros desde adentro hacia afuera. No al revés.
Hemos señalado que hay en el título de ¿Amas? un curioso juego metafórico? Es toda una definición, más allá de pensarse en un ama de llaves, presente entre sus personajes, es la pregunta sobre el amor, es decisivo en la vida: amamos o no, sino no lo hacemos no somos humanos.
Aquí en ¿Amas? estamos ante una incursión en el hecho vital más doloroso que el hombre Isaac Chocrón vivió. Pero Moreno-Uribe ha ido mucho más allá. No solo en la obra aquella mujer que reacciona contra la opresión de la época que vivían las mujeres en los años treinta, contra aquellos matrimonios impuestos, con aquellas uniones en la cual la primera vez que la pareja se besaba y hacía el amor era en la noche de bodas, algo incomprensible hoy en día. Para nosotros está claro que hoy en día nadie se debe casar con quien no ha convivido antes en todas las instancias de la sexualidad y del erotismo.
Eso no era así entonces. El personaje de Estrella reacciona contra aquella opresión. Ella en un acto de rebeldía suprema abandonó al esposo y a los hijos y se fue tras aquel General, que más tarde fue Presidente de la República, que le ofreció vivir el amor con libertad. Tal el parlamento en donde dice, “yo decidí ser una mujer libre, precisamente en la década de los 30 del siglo XX, cuando a las señoras casadas solo nos quedaba la sumisión”, líneas que nos llevan a la entraña de ¿Amas? Fue desde luego aquella decisión un hecho escandaloso en aquella pequeña Caracas de 200.000 habitantes en que ella se fue, durante el carnaval de 1935, con uno de los tres hombres más importantes del país. Fue tan polémica aquella decisión como aquel otro abandono de los años cincuenta cuando una dama de la alta clase caraqueña abandonó al esposo y se fue con el jefe de la policía.
Pero esto nos lleva a comprender que hay un sesgo feminista muy definido en la interpretación que nos ofrece el dramaturgo de la protagonista de ¿Amas? y su supremo acto de rebeldía, que es de aquellos que todo lo cambian, porque la rebeldía es siempre creadora. En aquel 1935 cuando se fue con su General algo debió sentir dentro de si misma: la necesidad de vivir en libertad, de escoger por si misma su destino. Curiosamente fue el mismo año, los que estuvieron aquí el mes pasado, en la lectura de la pieza Pioneras de Alicia Alamo Bartolomé (1926), se dieron cuenta que ese fue el año en que la mujer tomó un papel protagónico en la vida venezolana. Dijo: esto soy, esto quiero. Y en adelante luchó por sus derechos y por los fueros de su intimidad. No es casual que en los años en que la protagonista de ¿Amas? vivía con su amante el universo femenino venezolano se alteraba. En la literatura escrita por mujeres surgida con fuerza en aquellos tiempos, como nos lo ha mostrado la crítico Luz Marina Rivas en su Discurso de la otredad (1992), aparecían las nuevas palabras, por vez primera: en 1944, encontramos a la protagonista de Tres palabras y una mujer de Lucila Palacios(1902-1994) que no quiere ser ama de casa, las tres palabras del título y por vez primera nos encontramos en nuestra ficción con un aborto; en 1949 vemos la llegada del período mestrual a Ana Isabel, el personaje de la novela de Antonia Palacios(1904-2001), cosa nunca contada antes. Pero en esa década apareció entre nosotros la primera causa feminista cuando Ligia Parra Jahn asesinó al novio que la había llevado a la cama y no había cumplido con su palabra de matrimonio, en una época en que la virginidad era un valor, ya no lo es para suerte de nuestras hijas. Fue entonces cuando nuestra inolvidable Ana Mercedes Pérez escribió su gran alegato en Yo acuso a un muerto.
Así tiene sentido esto que dice la protagonista de ¿Amas? : “Es posible que conozca algunos aspectos de mi historia, pero los detalles, las lagrimas, y los sufrimientos no…estoy segura. En Venezuela la vida sexual es intensa, pero en secreto y todos y todas la ocultan cuando se levantan de las camas o salen a la calle, ¿por qué? ¡No sé!!”.
Pero hay más, en aquella noche del encuentro, a la cual el hijo llega tarde, ella expresa: “lo que no comprendemos no lo podemos poseer y voy a tratar de explicarle lo que pasó y las consecuencias desde mi natural punto de visita. ¡Necesito que me escuche! ¡Ya verás!”
Esta es una de las caras de ¿Amas? Pero hay otra. Es la que el autor denomina el “síndrome de Jasón”, aquel personaje de la mitología griega quien abandona a su esposa e hijos para irse tras otra mujer. Aquí es la historia de los hombres nuestros que hacen esto, pero no sólo por irse tras una mujer más joven sino siguiéndole los pasos a una con más posibilidades económicas que él. Fue así como Estrella se quedó sola con sus dos hijos, los tenidos en aquella unión.
El personaje central de ¿Amas? solo aparece en escena al final. Así la historia central de ¿Amas? es presentada a través de Samuel, un sefardita, su nombre en hebreo quiere decir “el que Dios escucha”. Quien a través del vivir, a través del dolor, se purifica y llega hasta el heroísmo de perdonar a aquella madre que lo abandonó.
Pero también ¿Amas? es una historia de amor. Un relato amoroso centrado en la rebelde que abandona para tener una vida más plena, pero sobre todo escogida por sí misma. Y lo hace por saber, en uno de los parlamentos se expresa eso, que sin amor no se puede vivir, pero aquel amor para ser verdadero debe ser compañía, debe ir más allá, del solo gustar al otro, del solo querer, debe ser una relación de amor, eso acabamos de escuchar, sucede en ¿Amas?. Por ello leemos: “que las diferencias entre gustar, querer y amar, son las mismas que hay en un por ahora, por un tiempo y por siempre”. Y solo en el “por siempre” hay amor.
Tal la grave historia que Edgar Moreno Uribe nos plantea en su pieza. Solo se crea lo nuevo, nos dice, con rebeldía. Y creando nuevos espacios para el vivir: tal la historia del protagonista con Sara, el otro personaje, aquella relación de amor sin sexo pero amorosa en el fondo, tanto que leemos: “Sara, quien se muera primero se lleva al otro en poco tiempo, porque no podemos estar solos jamás”.
Encontramos también en ¿Amas? la relación amorosa con un discípulo que él vivió, con lo cual la pieza está sembrada también dentro de los caminos de la diversidad sexual.
(Leído en la sede de la Fundación Francisco Herrera Luque, en la sesión de “La tertulia de los sábados”, celebrada la mañana del 25 de agosto de 2012. Allí los actores Fedra López, Carlota Martínez y José Antonio Barrios hicieron la lectura dramatizada de la pieza ¿Amas?).


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