sábado, mayo 21, 2011

Lluvia de teatro sobre Maracaibo

El enfadado fantasma del general Juan Vicente Gómez; la razonada protesta de la maracucha que perdió su casa en El Saladillo por las nefastas políticas desarrollistas de Rafael Caldera; ese trágico amor de Medea y el doble filicidio que comete para vengarse del traidor Jasón; aquel ejemplar tesón de una mujer empeñada en ser madre para derrotar así un complejo problema ovular y las vicisitudes existenciales de una gocha en la Tierra del Sol Amada, además de la deliciosa farsa de Bocaccio sobre los cuernos de la esposa disoluta con el amigo infiel de su marido, fueron algunos de los espectáculos que presenciamos y degustamos con inmenso placer en Maracaibo, gracias al 5 Festival de Monólogos y Artes de la Palabra, al cual organizó y ejecutó la Compañía Nacional de Teatro, con el respaldo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, entre 11 y el 14 de mayo de 2011.
Además, presenciamos los impactantes cantos chamánicos de José Manuel Alcántara (Delta Amacuro) y al virtuosismo del decimista Richard Fernández (Zulia). No son actores, pero si cultivan con ejemplares virtuosismos sus habilidades como artistas de la palabra.
Monólogos a granel
Una de las más antiguas manifestaciones del teatro universal es el monólogo y ese fue el plato fuerte que disfrutaron las comunidades marabinas gracias al trabajo escénico de Miguel Herrera (Yaracuy) con El señor don Juan Vicente de José Gabriel Núñez, Blanca Besabe (Zulia) con Señora si su marido la adora, le comprará muebles Nora de Fernando Perdomo, Francis Rueda (Caracas) presentó Encuentro con Francis Rueda (integrado por exquisito colage de fragmentos de obras como Medea de Eurípides, Final de Partida de Beckett, Lucrecia de Gilberto Pinto y de otros cinco autores), Verónica Arellano (Caracas) con Baby Boom de Ana Istarú, Sol Sosa (Zulia) con su creativo y visceral Soliloquio en Re Mayor y el veterano comediante Gonzalo J. Camacho (Caracas) le saca punta a los tres personajes que brotan del cuento 77 del Decamerón de Bocaccio.
Hay que subrayar como Francis, Verónica y Gonzalo cada vez hacen mejor sus unipersonales, los cuales habíamos visto en repetidas ocasiones aquí en Caracas, pero ahora en Maracaibo, ante otra variopinta audiencia y con la novedad de los espacios escénicos utilizados, alcanzaron insospechados niveles de verdad y de complicidad, gracias a la crudeza de sus temáticas y la depurada calidad de sus interpretaciones. Creemos que ellos deben estar programados permanentemente en las salas caraqueñas o girando por todo el país, porque educan y divierten como nadie lo hace. Son una tripleta que no hacen quedar mal a ningún empresario o institución cultural que los contrate. ¡Dénles una oportunidad para que los venezolanos disfruten de esos talentos histriónicos!
Nunca antes habíamos visto al comediante Miguel Herrera y por eso nos sorprendió gratamente la composición que obtiene del inolvidable Benemérito, quien, gracias al texto de Núñez, lo hace actual y hasta “peligrosamente” evocativo. Sol Sosa es una performancista extraordinaria, compone tres personajes y todos destacan por sus mundos evocativos y además interactúa con la audiencia y lo hace con una gracia y un dominio de escena dignos de aplausos.
Sería deshonesto concluir sin subrayar que todo este despliegue de talento actoral no habría sido posible sin la silenciosa pero visible labor del equipo de técnicos y demás trabajadores del espectáculo teatral. A ellos nuestros reconocimientos y felicitaciones. Son verdaderamente indispensables.
Asesinato saladillero
Este país no puede seguir de espaldas ante la destrucción de su memoria, tal como sucedió en Maracaibo con la aplicación de un decreto del presidente Rafael Caldera (27 de marzo de 1971), mediante el cual se derribó la popular e histórica zona de El Saladillo. Para denunciar eso desde el teatro fue escrito el unipersonal Señora si su marido la adora le comprará muebles Nora, el cual en escena toma características de tragedia caribeña por el impecable trabajo escénico de Blanca Besabe, dotada de voz y técnica de actuación poco frecuentes en el teatro nacional. Ella, apoyada en los recuerdos de su costumbrista personaje y en los mágicos muñecos de trapo que transporta en una maletica, cuenta todo y deja abierta una cruda polémica entre la audiencia. Ahí recuerda como fue ese crimen cometido contra la memoria del pueblo zuliano. “Un inolvidable eco lastimero con años de impunidad, desde aquel marzo de 1.971, que con la pisada aplastante de la derecha radical, el capitalismo brutal, el neoliberalismo y la globalización, que cuales verdugos mutilaron el espíritu de los pueblos y borró la identidad viva de los maracaiberos, su barriada saladillera, orgullo de generaciones y donde los colores de las casas, su voceo, vida comunitaria y arquitectura, eran ya parte de la carne y el alma de cada uno de sus habitantes. He ahí, el teatro como hecho social y transformador. Un teatro en defensa de la identidad nacional, convirtiéndolo en una ofrenda al gran país que todos debemos defender”. Ahora de esa barriada saladillera solamente quedan dos cuadras de hermosas y coloridas casas, la famosa calle Carabobo, y ahí como bastiones están el Teatro Mampara y la casona del Gabinete Cultural del estado Zulia. ¿Cambiará Venezuela? ¿Se respetará su memoria?
Fabricio Conde
El humor es un asunto muy serio para dejárselo a los humoristas, porque aunque Aristóteles y Freud lo abordaron no esta muy claro o no es fácil razonar lo que es el humor y más complejo hacer humoradas verdaderamente inteligentes. Pero Fabricio Conde, uno de los hijos del legendario artista y humorista que es Perucho Conde, dio un breve taller sobre el humor ante los marabinos, donde puntualizo como el papel del humor no puede ser tratado a la ligera, porque constituye un sistema que se basa en el análisis y en la crítica reflexiva de la situaciones y condiciones partiendo desde una técnica compleja. Y para entrar en materia reveló el decálogo del humorista y los siete pecados capitales que pervierten el correcto trabajo del hacedor de chistes. El, como humorista profesional, confesó sus puntos débiles y arremetió contra el reguetón por la falta de poesía de las líricas, aunque sus intérpretes sean consumados gimnastas sobre el escenario. Durante una cálida noche, ante una crecida audiencia, demostró porque es un profesional del humor, animando una reunión con solo su verbo y un picante y fluido monólogo, como artista de la palabra que es.

No hay comentarios.: