domingo, junio 27, 2010

Kaufman quiere reinventar al teatro

Moisés Kaufman vino a Caracas para supervisar el montaje de su pieza teatral Actos indecentes. Los tres juicios de Oscar Wilde, que adelanta el director Michel Hausman para Palo de Agua Producciones, y cuya fecha de estreno sería el 16 de julio en el Teatro Escena 8.
Kaufman, que se instaló desde 1987 en Nueva York para estudiar e iniciar un autentica carrera creativa y profesional con las artes escénicas, durante sus encuentros con periodistas culturales venezolanos, recordó que esa obra, la primera que escribió y que el mismo dirigió durante las temporadas de 1997 y 1998, fue consecuencia de una exhaustiva investigación documental sobre los procesos que le siguieron a ese poeta irlandés en el Londres de 1895, más por ser un artista subversivo que por su conducta homosexual.
Escrita en 1997, la pieza se basa en los tres procesos contra Oscar Wilde con respecto a su relación con Lord Alfred Douglas, donde lo acusan de cometer actos indecentes con hombres. El primer juicio es la demanda por difamación que Wilde hace al Marqués de Queensberry, el padre de Alfred, cuando este lo acusa de “sodomita”. Los juicios se desarrollan hasta llevar a Wilde a la ruina y a la cárcel, pero pasó a la historia como un hombre que luchó contra las injusticias sociales de su tiempo.
Kaufman convirtió los tres juicios de Oscar Wilde en un drama humano e intelectual en donde entrelaza los testimonios reales dados en la corte londinense con extractos de los escritos de Wilde, formando así un novedoso estilo teatral que marcaría al teatro moderno y catapultaría su carrera profesional, como lo advirtieron los críticos estadounidenses.
Artista subversivo
Puntualiza Kaufman, como lo reveló al periodista Juan Antonio González, que los juicios contra Wilde no fueron por su conducta homosexual, como tal, sino por ser un artista subversivo, cuyas ideas artísticas eran muy peligrosas. Por eso, en buena parte de los juicios, las pregunta que le hacen son sobre su literatura y no sobre su vida sexual. Y subraya que el sistema judicial victoriano, ese que lo encarceló durante dos años, sigue vigente, con otras características. “A diario se censuran obras de arte. Wilde creyó en la individualidad de espíritu de cada ser humano. Desdichadamente no pudo ser libre en la sociedad en la que vivió”.
Kaufman, como lo registra el periodista Ángel Ricardo Gómez, insistió en que Wilde no solamente fue un genio que reinventó cierto tipo de arte, sino que realmente dentro de sus comedias se esconde una critica bien profunda a la sociedad victoriana. “Esa crítica fue la que lo llevó a que lo juzgaran. La sociedad tenia que silenciarlo. Una cosa que me pareció superimportante de lo que le ocurrió a Wilde es que cuando enjuiciaron a un artista de su calibre, a pesar de ello, le otorgaron una plataforma desde la cual podía hablar a toda la sociedad europea, porque todo lo que sucedió en el juicio está en los periódicos. Entonces, de repente, Wilde le estaba hablando a toda Europa. Ocurrió exactamente todo lo contrario de lo que los ingleses querían”.
-Esta obra lo lanza a usted dentro de la comunidad estadounidense y ahora se le conocerá en su país. ¿Qué reacción espera?
-Como yo no vivo en Venezuela no puedo hablar de su contexto ni de una reacción de su público, porque no lo tengo claro. Pero aunque no viva aquí, como se lo dije a otro periodista, si pienso que la labor del artista en cualquier sociedad en la que viva es engendrar un dialogo entre lo que está ocurriendo en la calle y lo que pasa en el escenario. El trabajo de censurar a un artista origina que este exprese lo que quiere decir más libre, fina y específicamente. Cuando colocan a Oscar Wilde en el escenario lo fuerzan a ser más elocuente de lo que era antes.
“Me emociona, pues, si que sea mi obra y que se monte por primera vez aquí y me emociona además que sea Javier Vidal su protagonista, porque me cuesta pensar en otro actor venezolano tan bien dotado como él para encarnar al poeta Wilde; es un actor brillante, tan educado y tan conocedor del teatro, y además me gusta que mi primer maestro del teatro, Fernando Yvosky esté actuando en mi obra. Además me siento satisfecho de la participación de profesionales como Juan Carlos Alarcón, Karl Hoffmann, Rolando Padilla, Ebén Renan, Elvis Chaveinte, Christian McGaffney y Delbis Cardona.
Método
-¿Existe ya el Método Moisés Kaufman para escribir y montar teatro?
-Poco a poco se genera un método. Sí, mi grupo Tectonic Theater Project da clases a cientos de estudiantes al año, es porque esa gente sí está interesada en seguir nuestra investigación teatral. Dictamos talleres en Estados Unidos para enseñar los métodos que hemos usado para crear nuestras obras. Muchos de nuestros cuestionamientos del teatro son válidos para diferentes tipos de trabajos escénicos. Nuestro trabajo se basa en una indagación profunda de lenguajes teatrales, porque queremos saber cómo seguir avanzando, aún cuando el cine y la televisión se han convertido en importantes creadores de narrativas audiovisuales, nos preguntamos todavía: ¿Qué le queda al teatro? ¿Para qué hacemos teatro? O, quizás más importante: ¿para qué vamos al teatro? Todo mi trabajo de los últimos 20 años se ha basado en esas preguntas. 33 Variations, nuestro más reciente espectáculo, continúa ese cuestionamiento. Así lo hicimos con The Laramie Project, mi pieza teatral que después llevé al cine y que ahora recorre al mundo para denunciar la homofóbia asesina. Y es por eso que hemos desarrollado técnicas que ahora enseñamos en las más importantes universidades estadounidenses, desde Columbia, hasta Harvard. Lo interesante de estas técnicas es que están todas basadas en ese profundo cuestionamiento del arte escénico. El año pasado entrenamos a más de mil artistas de teatro en nuestras técnicas. Hay, pues, un Método Kaufman.
-¿Puede ampliar eso de los cuestionamientos que le permiten a usted y su grupo hacer lo que hacen?
- Partimos de preguntarnos cómo hacemos un teatro diferente al cine y la televisión e incluso a la Internet de los actuales momentos y qué puede hacer el teatro que no puedan hacer ni el cine. ni la televisión. ni la Internet? ¿Podemos otorgarle al teatro la posición de vanguardia que tiene o que ha tenido? ¿Cómo hacer para que el teatro vuelva a participar enérgicamente en un diálogo en la sociedad en que se desarrolla?
Kaufman asevera que uno de los graves problemas del actual teatro es que se desarrolla en lenguajes realistas o naturalistas, que son géneros que el cine o la televisión hacen mucho mejor que el mismo teatro. ¿Cuales son los lenguajes o vocabularios teatrales que tenemos que investigar o que tenemos que inventar para seguir manteniendo el teatro con nivel en el siglo XXI?
-¿Cómo se puede lograr que el teatro siga siendo vigente, a pesar de la competencia del cine y la televisión?
-Yo pienso que todo depende de la técnica de trabajo y, por supuesto, los conceptos que se aplican. Generalmente, en Estados Unidos, se agarra un texto teatral y se entra a una sala y después de cuatro semanas de ensayos se ha montado un espectáculo, Eso hace que la mayor parte del teatro que se representa sea un teatro basado en textos, pero qué pasaría si ingreso en un sala de ensayo sin ese texto pero sí con un plan claro para una auténtica creación teatral. Así hicimos con el proceso para el espectáculo 33 Variations, del cual solo teníamos la música de Beethoven, las Variaciones Diabelli.
Precisa que gracias al método que él y su equipo aplican, buscan cuales son las formas realmente teatrales o cómo construir lenguajes teatrales. “Todas las técnicas que usamos es para descubrir cómo se escribe teatro y no cómo se escribe un texto. Todas las técnicas que hemos desarrollado son para explorar profundamente cómo escribir teatro y no cómo escribir textos teatrales .Mi anhelo mas importante es reinventar lo que es el teatro y como se puede lograr que el teatro sea vigente y mágico y que sea un lugar donde podamos tener la conversación mas importante de nuestra sociedad”.
-Usted tiene ya más de 20 años en Estados Unidos, haciendo teatro, ¿está satisfecho?
No, no estoy satisfecho y el día que lo llegue a estar dejaré de trabajar, por ahora, pues, no estoy satisfecho y sigo trabajando.

sábado, junio 26, 2010

La Ley Fanny Mickey

Fue la Reina del Teatro o la Reina de las Tablas de Colombia. Nació en el Buenos Aires de 1930 y murió el 16 de agosto de 2008 en Cali. Era actriz, directora y empresaria de las artes escénicas. Desde 1988, en llave con el argentinovenezolano Carlos Giménez, puso en marcha el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Y para que su nombre nunca se olvide, los intérpretes colombianos lograron que el Congreso de la República aprobara la Ley Fanny Mickey, porque ella protegió y dio trabajo a los artistas. Ahora ese acto legislativo será promulgado por el presidente Álvaro Uribe Vélez, antes del próximo 7 de agosto.
¿Y por qué hacemos noticia sobre esa ley colombiana?
Porque actores y actrices venezolanos deben seguir ese ejemplo y luchar en la Asamblea Nacional para que sea aprobada una disposición similar, ya que aquí, como al lado, el negocio de la televisión y el cine rompió fronteras y produce pingües ganancias que no favorecen a los que dan sus caras y algo más para que se iluminen las pantallas con sus historias, con sus trabajos.
¿Serán capaces los artistas venezolanos en luchar, una vez más por sus derechos?
Cuando se de ese dia, que amanecerá por supuesto, las empresas criollas que usen telenovelas y peliculas colombianas tendrán que pagar lo que les corresponde. Y alla también pagarán los derechos de sus colegas.
La Ley Fanny Mickey reconoce a los artistas o ejecutantes de las obras audiovisuales, el derecho a recibir una remuneración equitativa por la emisión pública o el alquiler de obras audiovisuales de las que hacen parte. Se trata de un reconocimiento patrimonial a los derechos de autor, porque los actores dejan más que su memoria en el papel, ponen su espíritu, su preparación y su vida.
El derecho de remuneración se hará efectivo a través de sociedades de gestión colectiva de derechos de autor, que deberán crear los artistas, para que los represente y cobre los derechos de comunicación pública.
La ley busca entonces proteger los derechos patrimoniales de los actores de telenovelas y películas, que después de ser transmitidas en el país, son vendidas y retransmitidas sea en Colombia o en el exterior.
La ley aclara que no se tienen en cuenta las emisiones públicas, por tanto no habrá remuneración cuando se hace con fines educativos. Dentro de las restricciones también está que los artistas no pueden suspender, prohibir o alterar la normal explotación comercial de la obra por su productor, utilizador o causahabiente.
Durante las sesiones de discusión de la ley, la mayoría de productoras y comercializadoras de televisión se opusieron a la norma, argumentando que tendrán que pagar más a los artistas.
Hay que señalar que Colombia es uno de los principales países exportadores de América Latina, de producciones de televisión, como telenovelas, dramatizados y otras series, además de películas.
"Es un acto de justicia, porque los artistas le han dado mucho al país, no solamente los actores. También están los escritores, productores, en fin, toda la gama del arte colombiano", dijo el ministro de Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio.
Sobre el nombre de la ley, dice Anamarta de Pizarro, directora del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá: "Era como una manera de hacerle un homenaje a una persona que representa lo importante del trabajo cultural de este país y la dignificación del trabajo del actor".
Y nosotros, nos sentimos felices que despues de su mutis terrenal esta señora del teatro siga ayudando a sus colegas,abriendo teatros y repartiendo cultural,como la vimos,por primera vez en los años 60 de aquel Cali de nuestra adolescencia.

Transexualidad al cine criollo

Elio Palencia vive para las artes escénicas. A sus 47 años-los cumple el 13 de diciembre- este maracayero, tiene razones más que suficientes para estar feliz y anhelar vivir muchas décadas más. “En 2008 hice un taller de guiones y la Villa del Cine me premió llevándolo a la pantalla. Se trata de Cheila, una casa pa’ maíta, versión de mi obra teatral La quinta de Dayana, protagonizada por el transexual colombiano Endry Cardeño, bajo la dirección de Eduardo Barbera. No me puedo quejar: trabajo para el teatro, la televisión y ahora llego al cine. Vivo, pues, para y de las artes escénicas”, puntualiza.
La memoria
Desde niño, la vocación de Elio fue definida por una especie de encantamiento hacia todo lo que fuera “representación”. En la escuela reunía a sus compañeritos y rayaba algunas líneas para ser montadas. Igual en el liceo y al entrar la universidad, fue la gran definición vocacional, el descubrimiento de un camino y el principio de una visión hacia lo creativo en el teatro en paralelo con su propio crecimiento vital. Terminó sus estudios en Turismo, empezó Sociología, que no terminó, porque la mayor parte de su tiempo estaba ganada por el intento de profesionalizarme. Rajatabla había aparecido en su camino.
Es decir, comenzó a escribir desde el hecho teatral en sí, por necesidades expresivas dentro de la escena, donde se inició como actor y luego fue interesándose por otros campos y posibilidades de contenido y forma, tanto en la dramaturgia como en la puesta en escena y la producción, a cuyos círculos casi siempre he estado ligado. De hecho, varias de sus piezas han sido escritas para colectivos de actores, en dialéctica creativa con ellos y también con directores. Porque para él la pieza termina de escribirse sobre el escenario. Los demás géneros literarios le han dado cierto pudor, aunque se atrevió con la prosa y tiene una serie de relatos que, bajo el título de Re-sentir, abordan un tema recurrente: el de la memoria, pero desde la perspectiva de un niño.
Letargo teatral
Aunque sus obras teatrales mantienen demanda de público y los artistas las buscan para escenificarlas, Elio comenta el peligroso letargo que vive el teatro venezolano, después que durante los años 70 y 80 vivió un fenómeno inédito. En esta primera década del siglo XXI ha detectado una indefinición o aturdimiento respecto a la escena, una medianía que parece haber sido definida por el mercantilismo de la década de la centuria anterior. “Pero hay gente como Xiomara Moreno, y agrupaciones como Teatrela, TET, Textoteatro, La Bacante y Contrajuego, además de los festivales de Occidente y de Oriente y unos cuantos creadores emergentes. Creo que en ellos está en conexión con riguroso nivel de compromiso con el arte teatral, que en la medida de su coherencia es compromiso con la sociedad. Creo que es importante destacar la edición de la dramaturgia y vaya mi reconocimiento a la iniciativa de la editorial “El perro y la rana”, pero gran parte de la construcción de un teatro nacional pasa también por montar lo que escriben sus dramaturgos, y además montar bien sus piezas y llevarlas a todos los rincones del país. Pero sobre todo es necesario revisar a la política teatral gubernamental como inversión social y eso pasa por darle a los creadores una vida digna, propiciando su perfeccionamiento para que puedan dar lo mejor de si a los demás. La reivindicación del creador teatral sigue siendo una deuda histórica”.
Pasión por el cine
Elio Palencia subraya que siempre le interesó el cine y que fue en 1990, de la mano de Román Chalbaud y David Suárez, cuando escribió su primer guión, basado en su obra Detrás de la avenida.Pero ese proyecto se quedó frío y es ahora que, tras hacer un taller de guiones, puede ver, por vez primera uno de sus textos teatrales llevado a la pantalla.
-¿Cómo quedò la trama de Cheila, una casa pa’ maíta?
-Igual que en mi obra de teatro,La quinta de Dayana. Se le cambió el titulo a la producción cinematográfica para acercarla más a la protagonista, que primero se llamaba José o Cheíto y después Cheila, por eso su titulo definitivo es Cheila, una casa pa’ maíta. Yo puedo resumir aquí, que el filme plasma como Cheila regresa de un largo viaje por tierras canadienses, donde ha luchado para realizar su sueño: convertirse en una mujer total. Para su sorpresa al llegar a la casa que le compró a su “maíta” con tanto esfuerzo, se encuentra con un ambiente de desidia y la ocupación de un caótico sequito de hermanos, cuñados y sobrinos; una difícil situación que le revelará duras verdades acerca de la relación con ella misma y sus seres queridos.
-¿Qué ha reacciones del público conoce ante las primeras exhibiciones de “Cheila…”?
-El público llano la ha aplaudido y los especialistas la han premiado. Ahora espero su lanzamiento comercial y sus exhibiciones en las cinematecas y otros espacios. Su temática, que es la transexualidad, impacta pero no asusta al pueblo venezolano, es lo que puedo deducir.
Desde 1990
Su teatro toca temas que van desde el Sida hasta la transexualidad, la homosexualidad y otros más. Defiende lo que escribe porque el teatro es un espacio posible para lo que no existe y puede ser. Y también para que “precisamente salga a la luz la diversidad que somos. Las minorías son parte de nuestra sociedad, la enriquecen y deben ser respetadas”. Su debut como dramaturgo fue durante la temporada caraqueña de 1990, cuando el Centro de Directores para el Nuevo Teatro le montó Detrás de la avenida. Desde entonces ha presentado: Penitentes, La quinta de Dayana, Arráncame la vida,Un patio, dos islas, De bodas, Carmiña, una yegua de otra tierra, Pasajeros, Doña Bárbara, la perfecta ama de casa, ¿Niña o hembra?, Anorexia, rapsodia náutica, Del alma querida, Mi hermano José Rosario, La reina del soufflé, Fronteras, Campeones, Escindida, Sintonía o... ¿hay un extraño en casa?, Habitación independiente para hombre solo, Secuestro rosa, Camino a Kabaskén y Oasis Pub. Además de Promoción honor a mis padres, que no ha sido estrenada en el proyecto de producciones del grupo Rajatabla.

sábado, junio 19, 2010

Tres lustros de teatro joven

El grupo teatral Séptimo Piso mostró el espectáculo Credit Bill, briosa versión de Los intereses creados de Jacinto Benavente, y comenzó su lucha para hacer el mejor teatro venezolano con interpretes jóvenes verdaderamente interesados en propuestas críticas y descarnadas sobre la sociedad, pero al mismo tiempo proponiendo una reflexión sobre el sentido o el sin sentido de la vida misma. Se transformó así en lo más destacado de una “guerrilla teatral” que no aplica concesiones politiqueras ni genuflexiones para ganarse el subsidio o la subvención que les resuelva tal o cual montaje, como lo ha demostrado desde 1995.
Gracias a su incesante trabajo escénico, al cual hemos ponderado durante sus tres primeros lustros, es para nosotros una versión criolla, aplomada y menos huracanada de aquel latinoamericano Rajatabla de los años 70 y 80, gracias a su líder, Dairo Piñeres; un liceísta que a los 15 años disfrutó del fantástico Peer Gynt que inventó Carlos Giménez, con la existencial pieza de Henrik Ibsen, y eso lo obligó a sacrificar su anhelo de ser medico y dejarlo todo, con el apoyo solidario de su mamá Teresita Chamorro, para aprehender el teatro en el Iudet y crear una agrupación juvenil que le permitió probar e imponer su estética.
Ahora Séptimo Piso ha organizado unas “fiestas patronales” para celebrar con puro teatro sus primeros 15 años. Inició sus festejos, el pasado 11 de junio, en la Sala Experimental del Celarg, con El arquitecto y el emperador de Asiria de Fernando Arrabal, proseguirá con La sangre de Sergi Belbel y ha de culminar endulzando los paladares del crítico de las mil cabezas con el humor irónico y muy lógico de la farsa Cuatro corazones sin freno y salto atrás de Enrique Jardiel Poncela. Son autores españoles de diferentes generaciones, con piezas muy conocidas, que se podrán disfrutar a lo largo de nueve semanas, hasta el 8 de agosto.
Emperador y arquitecto
Fernando Arrabal (1932), uno de los creadores del brutal, sorprendente y gozosamente provocador “teatro pánico”, abrió la “fiesta patronal” con una “agresión dramatúrgica donde la chatarra de nuestras sociedades avanzadas se carboniza en la pista festiva de una revolución permanente”. Su pieza, originalmente muy larga, pero recortada por el director Piñeres para hacerla soportable, presenta al cultísimo emperador de Asiria (Luis Vicente González) desembarcando en una isla, tras salvarse de un accidente aéreo, para toparse con el salvaje arquitecto (Moisés Berroterán) e iniciar así un juego de alta teatralidad, cual versión moderna de Robinson Crusoe y el negrito Viernes, jugando con sus historias para matar el tedio y éste es de tal proporción que al final uno devora al otro.
Es teatro surrealista y puede divertir a unos o aburrir a otros. Su estructura y su discurso están envejecidos y manoseados hasta la saciedad por autores posteriores, a los años 60 cuando se le estrenó, y especialmente en la televisión. Aunque Piñeres trató de hacerlo digestivo, no se puede ignorar que las modas teatrales se imponen por la ignorancia de la audiencia o como consecuencia del explicable escapismo de las comunidades.
El espectáculo se salva o se soporta por el virtuosismo actoral de Berroterán y González a lo largo de 90 minutos y, especialmente, gracias a sus impactantes acciones físicas, cercanas al virtuosismo circense, y sus prodigiosas memorias.
Minihistoria
Y para los que no lo saben, el célebre teatrero cubano Miguel Ponce (ahora residente en Miami) estrenó ante el público venezolano, en agosto de 1973, esta pieza del tremendo Arrabal -quien además vino para presenciar su montaje- en el Ateneo de Caracas y después la mostró en el teatro Alberto de Paz y Mateos. Armando Carias y el comediante cubano Dume acompañaron, respectivamente, a Ponce en su histórico montaje.
Desafíos
Revela Dairo Piñeres (Caracas, 1975) como para los años venideros tiene proyectado continuar utilizando textos contemporáneos, más exigentes, y, además, rescatar obras clásicas para ubicarlas en la contemporaneidad, siempre con su agrupación. “Queremos seguir siendo un grupo-plataforma para los que egresan de las escuelas y academias del país. Tenemos que reforzar el carácter cultural del teatro en nuestras comunidades. Debemos fortalecer un movimiento que desafíe a los nuevos tiempos y retome la escena criolla y la lleve al lugar que se merece. Seguimos creciendo poco a poco en este sueño que hace 15 años se hizo realidad y hoy es adolescente. En tres lustros hemos producido 38 espectáculos y estamos muy satisfechos con ese trabajo, pues cada día somos una auténtica fuerza teatral, crecemos, reaprendemos y fabricamos el futuro que queremos. Hemos realizado alrededor de 15 talleres montajes para capacitar a muchos jóvenes que están haciendo del teatro su manera de vivir”.
Sangre con humor
Del 02 al 18 de julio, presentará La Sangrede Sergi Belbel (1963), que aborda la temática del secuestro, para lo cual hay un ingenioso traslado entre los personajes que rodean la situación al mismo tiempo que sucede el plagio, demostrando los temperamentos y comportamientos humanos ante este escenario de angustia. Ahí se reflexiona sobre temas como el poder político, vínculos familiares entre padres e hijos, las autoridades con una responsabilidad que se escapa de sus manos, el protagonismo déspota de un grupo delictivo que atenta de manera salvaje contra el individuo y la versatilidad de la mujer en nuestra sociedad.
Y del 23 de julio al 08 de agosto será el turno para Cuatro corazones con freno y marcha atrás de Enrique Jardiel Poncela (1901/1952), uno de los creadores del teatro humorístico español. Es importante entender su trama desde una perspectiva completamente irreal y puramente humorística, a pesar de la intensidad ideológica sobre el sentido de la vida que contiene. Su secuencia de situaciones inverosímiles, unida al excelente uso del diálogo, la convierten en una obra entretenida y llena de situaciones cómicas, personajes originales, diálogos desconcertantes, otros personajes muy pintorescos y situaciones humorísticas, dejando finalmente, una pequeña sombra de duda: ¿Realmente, seríamos felices si lográramos ser inmortales para siempre?

Otro triángulo erótico

Otra obra de autor venezolano está en el escenario, gracias al trabajo tesonero de un puñado de artistas que crearon al grupo Quintaescena, el cual pretende dar vida a nuevos y esperanzadores proyectos multidisciplinarios en varias ramas del quehacer artístico, como son el teatro, el cine y la televisión. Y todos sus integrantes saben, muy bien, que cada vez que un texto criollo se confronta con la comunidad de donde ha emergido, se habrán incrementado los imperecederos lazos de comunicación que deben existir entre artista y pueblo. Y, muy especialmente, cuando se trata de dramaturgos nuevos o emergentes, porque pobre del país que solamente cuenta con figuras del pasado y carece de voces contemporáneas. Hechos, como este, serán siempre plausibles, porque el teatro habrá avanzado más kilómetros hacia la cúspide del desarrollo deseado, siempre que haya empresa pulcra y buena literatura dramática para hacerla espectáculo. ¡A pesar de todas las rémoras que afectan a la nao teatral creemos en el futuro que se construye ahora y no precisamente en el que se sueña o se inventa al calor del café con leche!
Sagrada familia
Y por eso recordamos como el 31 de octubre de 2006 se estrenó la comedia Sagrada familia en la Sala Horacio Peterson. Su autora Mayling Peña Mejías (Caracas, 30 de diciembre de 1976) mostró en la escena, bajo la dirección de Luis Alberto Rosas, algunas aristas de la descomposición social venezolana, consecuencia de la crisis económica y la pérdida de valores morales, una mezcla explosiva que engendró la espectacular oleada de violencia que anonada a sus habitantes.
Esa Sagrada… es la saga de un trío familiar -José, María y la hija- empeñado en no perder su status de clase media; pero ese terceto en vez de buscar un trabajo o una actividad “legal” que le permita un ingreso para cubrir sus gastos, opta por la discreta mendicidad, los inverosímiles secuestros de un muerto y de una enferma anciana para robar sus supuestas fortunas, y llega, incluso, hasta coquetear con la prostitución y el proxenetismo de las féminas, además de juegos ilícitos y el narcotráfico.
En fin, Sagrada… cuenta y recuenta las cotidianas peripecias de los vivianes empeñados en sobrevivir a costillas de los demás. Sorprende la agudeza de su crítica, bien hilvanada y con delicioso humor, además de su propuesta didáctica ante los difíciles tiempos que acorralan a la clase media, cuyos integrantes luchan para vivir primero y nunca descender, aunque tienen que asumir conductas maquiavélicas: primero el estómago y después la moral.
Mi cama tiene tres lados
A cuatro años de tan prometedor debut, irrumpe Quintaescena y Mayling vuelve con Mi cama tiene tres lados, divertida comedia integrada con seis micro obras centradas en las diversas conductas sexuales de hombres y mujeres y, para que nadie se queje, hasta hay un patético travesti criminal y además rocambolesco ladrón de órganos de seres humanos, y, por si fuera poco, el espectáculo tiene colofón reflexivo con cinco actores-personajes angustiados porque la soledad los acosa y no han conseguido el amor.
Mi cama tiene tres lados es un conjunto de situaciones ambientadas en un contexto de clase media, que debe entretener a la audiencia con las situaciones triangulares de amantes descubiertos en aventuras eróticas, o por el bisexual que sale del closet porque su esposa así lo provoca. De todos los seis cuadros u obras, la saga del travesti delincuente no está “redonda”, es un cuento escénico abrupto, sin verosimilitud y luce afectado por la truculencia de su situación. La autora debería detenerse en esta micropieza, estudiarla y entregar, en otro montaje, un excelente policial, tema que también gusta al público. La prueba de fuego de todo texto teatral es el escenario y su interrelación con los comediantes, tal como lo enseñaron Shakespeare, Moliere y otros señores del teatro. Eso, hasta ahora, no ha cambiado, o sea que todo aquello que el estomago de la escena no macera, no llega a las butacas, no alimenta el espíritu y no sirve.
Mi cama tiene tres lados es un grato espectáculo gracias al talento del director y versionista Aníbal Grunn, quien trabajó, muy profesionalmente, o sea que le hizo dramaturgia escénica al texto de Mayling, para que esos cuentos recibieran una fina producción general en el espacio escénico creado, por Héctor Becerra, para tal fin: dos minihabitaciones de hotel, donde ocurre todo, sin que sus ocupantes se enteren de lo que sucede al lado.
Francis Romero y Pedro Pablo Porras, los más lucidos con sus personajes, trabajan codo a codo con Marco Antonio Alcalá, Alba Vallvé y Alexander Montilla, en la sala Teatrex, en El Hatillo.


miércoles, junio 16, 2010

CICA, palanca para el teatro

Ante los tiempos difíciles solamente queda trabajar, trabajar y trabajar. Así piensa y procede el primer actor Karl Hoffman (Caracas, 13 de enero de 1965) y por eso lo hemos entrevistado, ya que es mucho lo que tiene para decir.
-¿Qué hace un actor como usted, en el pleno ejercicio de sus capacidades y condiciones físicas, metido en los avatares de la educación teatral?
- La misma vida me ha llevado allí. Todo comienza cuando mi hermano, dueño de una compañía de capacitación gerencial nacional e internacional, me invita a preparar algunos talleres de voz y dicción para empresas. “Voz y Dicción” fue una materia que estudie, con Humberto Duvachelle y el difunto maestro Esteban Herrera, en la que considero que siempre será mi segunda casa, la Escuela Juana Sujo. Ahí me enamoré de esa cátedra y la he cultivado desde siempre. Me dí cuenta de la efectividad que tiene en la vida personal y profesional y aunado al feed back de los participantes cuando terminaba los talleres, fueron factores importantes para tomar en serio el tema de la docencia. Entonces así fue como comencé a dictar talleres puntuales. Hasta que comencé a dar clases y cursos de actuación –sobre la base de la experiencia- en varias escuelas. Fueron dos años de análisis profundo, de observar que necesitaban los alumnos, que pedían, de que se quejaban, y detallar en que se podían mejorar las clásicas estructuras de enseñanza. Ahí hice hincapié y diseñé mi propio sistema de educación y metodología, implementando nuevas tendencias y tecnicismos. Los alumnos de esas escuelas pedían que les dedicara más tiempo. Así, impulsado por mi esposa, nos independizamos y abrimos CICA, Centro Integral de Capacitación Artística y Actoral, que en cuatro años se ha posicionado en el mercado ofreciendo a todas aquellas personas que desean incursionar en el mundo del arte y en el mundo del desarrollo personal una alternativa decente, viable, efectiva, profesional, amable y segura.
“La gente piensa que tener una escuela de actuación es juntar a un grupo de jóvenes y decirles: muévete para aquí o muévete para allá. O improvisar un taller y lanzarlo al mercado sin planificación alguna. O unir a un poco de panas y decir: tengo una escuela. CICA va más allá de eso. Como dice mi compadre Rolando Padilla, en CICA, no se tigrea, Aquí nos caracterizamos por la seriedad, el compromiso, el cumplimiento, el diseño, la organización y el profesionalismo. Pero créeme que si hubiese sabido que era tan complicado lidiar con todo esto, no la hubiese abierto. Pero ahora estoy enamorado de lo que hago y mi mejor tarjeta de presentación son mis alumnos. A pesar de todo lo anterior, esto no me ha prohibido ejercer mi carrera de actor. Desde hace cuatro años que existe CICA y he hecho dos telenovelas, cuatro obras de teatro y hasta una película. Me gradué de Licenciado en Gerencia y Producción y ahora estoy haciendo una especialización en Mercadeo para empresas en la UCV. Y ensayando dos piezas teatrales más que se estrenan en julio y noviembre. He tenido tiempo para eso y para atender a mi familia”.
-Se lo pregunto por que el teatro, como disciplina artística, es muy complejo para su docencia, la cual va desde la actuación y llega a la dramaturgia, pasando por la dirección y los aspectos técnicos como iluminación y estenografía, sin dejar por fuera la producción y la promoción del mismo.
- Excelente pregunta y le felicito por ella. Usted mismo ha dado la pregunta y la respuesta prácticamente. Y ojalá los lectores así lo entiendan. Es justo lo que hacemos aquí en CICA. Los actores salen preparados integralmente. Y de eso pueden dar fe quienes han pasado y aún permanecen en las líneas de la docencia de CICA: Moisés Guevara, Diana Volpe, Markel Méndez, Enzo de Paola, Manuel Salazar, Iraida Tapias, Otto Rodríguez, Amado Dehesa, Mario Sudano, Carlos Montilla, Mónica Pascualotto, Robert Castro, María López, y yo mismo, entre otros tantos......Justo es lo que dice sobre el complejo mundo del arte. Un actor para mí debe saber no solo a actuar. Está obligado a saber de todas las disciplinas que enmarcan la carrera; y al aprenderlas a entender y a manejarlas, desde el punto de vista actoral, será un profesional plenamente más capacitado. Todo va desde las vivencias, pasando por la cultura general, sin olvidar la disciplina, el compromiso y todo lo que tu has dicho en la formulación de la pregunta. Hay un factor que es nuevo en el mundo de la disciplina artística y que ahora cobra vital protagonismo: la publicidad y la promoción. De eso también CICA se encarga.
-¿Cómo son sus talleres, durante qué tiempo se realizan y qué le enseña a sus alumnos?
-CICA es un centro multidisciplinar. Por ejemplo, tenemos un taller única y exclusivamente para adolescentes, entre 12 a 17 años, que no se hayan graduado aún de bachilleres. Se dicta los sábados de 8 AM á 12 M. Esos talleres para adolescentes tienen dos niveles, cada uno de 6 meses y ambos niveles terminan con un montaje teatral. Básicamente, es la unión entre un taller montaje y la enseñanza de lo que son las técnicas básicas para adolescentes a nivel actoral, entre otras materias propias de la edad a la cual está diseñado la capacitación.
“Luego está el taller para adultos. Dictado los jueves y/o los sábados. Destinado a aquellas personas que quieren estudiar para ser actores y/o crecer a nivel personal. Esta fase está diseñada en tres niveles. Un nivel básico, donde se ve: Voz y Dicción, Iniciación a la actuación (método Stanislavsky), Interpretación y juegos escénicos y Psicodrama. Luego un nivel Intermedio, allí hay: Actuación y construcción del personaje (Método Stanislavsky), Análisis del texto dramático, Psicología aplicada a la actuación y Expresión corporal". Cabe destacar que ambos niveles terminan con un taller montaje. Y el último nivel, el avanzado, dedicado única y exclusivamente al manejo actoral en cine y televisión. Terminando con la grabación de un cortometraje y otras herramientas en pro del desempeño profesional del egresado”.
“ A groso modo es un tema muy completo con materias que sólo en CICA se dictan porque han sido diseñadas observando el nuevo comportamiento y las nuevas tendencias actorales. Las clases siempre comienzan en enero y en julio de cada año y las inscripciones están abiertas durante todo el año. Aprovecho esta oportunidad que me brindas para invitar a todos aquellos que quieran estar con nosotros en CICA que las inscripciones para el período Julio-Diciembre ya están abiertas y nos pueden contactar por los telfs: 0212-815-6966 / 915-3550. O también por la página web: www.cicakh.com.ve.
-¿Qué le ha llevado a esa tarea tan compleja y tan completa, como es la educación artística?
-Bueno, como le respondí en la primera pregunta, la misma vida. En algún momento, al inicio, me paso la idea de retirarme de la educación, por lo complejo de la responsabilidad, pero veo a mis amados alumnos tan emocionados y motivados que lo que me dan ganas es de tener un canal de televisión o una compañía cinematográfica para que cada uno de ellos tenga mas trabajo a penas salgan egresados. En el mejor sentido de la expresión: uno se enamora de sus alumnos, los ve crecer, mejorar, escalar posiciones, y cuando los vez trabajando es la mejor recompensa. Creo que eso es de lo que ahora no me puedo desprender, de sus alegrías, sus emociones y de sus triunfos. Ya algunos han trabajado en novelas, obras de teatro, series de televisión, propagandas, lecturas dramatizadas, asistencias de dirección, producción, entre otras oportunidades que han llegado a CICA y nosotros se las brindamos.
-¿Cuáles son sus balances en esta etapa como docente y empresario?
-Descubrir que Dios me dio esa capacidad de enseñar, de transmitir conocimientos; y que si el me puso en este camino debo continuar hasta que el mismo lo decida. Que he encontrado en CICA la posibilidad de brindar alegrías, satisfacciones, oportunidades y triunfos a muchos. Que tengo entre mis alumnos a gerentes, médicos, ingenieros, abogados, publicistas, ejecutivos adolescentes, adultos, gente de la tercera edad, y esa combinación ha sido perfecta y están felices de mis enseñanzas. Como ellos mismos dicen: "Quiero que llegue el día de clases porque me siento en casa". Darme cuenta que tener un centro de formación artística exitoso genera mucha envidia. Que mientras más temprano me levanto y organizo mi vida y mis actividades, mejores cosas consigo. Que la honestidad siempre será mi norte como persona, como empresario, como docente y como profesional. Y que la ambición, la mentira, la intransigencia y la prepotencia, es para los desasistidos. Saber que los amigos van y vienen y aparecen otros. Y que algunos de los que decían ser tus amigos.... más nunca aparecieron, ni llamaron. Esos fueron tus enemigos siempre. Entender y agradecer que gracias a que grandes empresas, los medios y los amigos periodistas, han creído en mi trayectoria y en el proyecto de CICA como eje motivador de las nuevas generaciones y de los que quieren crecer profesional y personalmente, en esa misma medida nos han ayudado a darnos a conocer y a crecer como una institución sería y reconocida. Creo que CICA es otra palanca importante para el desarrollo teatral contemporáneo.

sábado, junio 12, 2010

Muerte en directo

Los unipersonales pululan desde que existe el teatro griego. Y en la historia del arte escénico criollo, particularmente durante la última década del siglo XX, el monólogo más destacado fue creado por la autora Mónica Montañés, el director Gerardo Blanco López y la cómica Mimi Lazo. Exhibido en Europa y en casi toda América, tras estrenarlo durante la temporada 1996 del Ateneo de Caracas, El aplauso va por dentro ahora espera su versión cinematográfica, para lo cual sólo falta decidir qué actriz dará carne, sangre y temperamento a la histérica cuarentona Valeria, empeñada en casarse por segunda vez o pasarla muy bien con un caballero que la pretende, pues ella se niega a llevar su soledad en solitario e insiste en la utopia del amor.
El histórico espectáculo Montañés-Blanco-Lazo, el cual aún se exhibe, suscitó una necia revuelta entre periodistas, críticos y teatreros de todos los plumajes. Nadie quería explicarse el éxito de “ese monólogo de mono rojo”, solamente el público acudía, y aún así ocurre cuando lo presentan, para divertirse con los patéticos enredos de una divorciada empeñada en ponerse buena o sexy para conquistar a un caballero, quien lleva una vida íntima complicada.
Ese teatro “ligero” o “comercial” se convirtió en monumental diván de Freud al cual mujeres y hombres iban, o van, para disfrutar del dolor ajeno, a sabiendas que también es el de ellos o ellas .Y brotó, cual verdolaga, la monologüitis. Todos y todas saltaron a la escena con sus soliloquios. Hubo ganancias, perdidas y hasta liquidaciones por desalojos, pero los espectadores hicieron sus cojonudas catarsis, porque únicamente para ellos se trabaja, desde que Tespis inventó el ritual teatral para su comunidad.
Teatro como pretexto
Pero mientras en Buenos Aires, donde puede faltar la carne y el vino pero nunca el teatro, cinco mujeres monologan simultáneamente y conmueven al público con sus sagas, aqui en la Sala Horacio Peterson de Unearte, la consagrada actriz Alma Blanco pierde cada noche su vida, mejor dicho encarna a una comedianta que se pasea, durante unos 55 minutos, por lo que ha sido su existencia, repleta de metas o de anhelos factibles de escenificar, porque se suicidará al culminar su discurso, ya que así lo ha determinado, porque es una decisión propia y no inducida.
Pero antes de ejecutar su mutis final, comparte sus reflexiones y preguntas con los espectadores. A su vez, diserta enfáticamente sobre el arte teatral, sus técnicas, métodos, personajes y el lugar que ocupa en el ámbito social; alude al lugar del actor, sus fantasías y fantasmas, y remata con una analogía que al mismo tiempo es una paradoja: teatro-vida-muerte. Todo en un tono irreverente, mordaz, sombrío y en momentos hasta luminoso. El autor utiliza a ese asqueado personaje para arremeter contra los medios de comunicación masivos del arte y propalar su alegato a favor del teatro de arte, de la toma de posiciones necesarias de los artistas y hasta opina o evalúa el mítico libre albedrío, ese que volvió loco, dicen algunos, al mismo príncipe Constante.
Se trata del monólogo Muerte en directo, de Guillermo Heras (Madrid, 1952), quien lo trajo a Caracas durante una de sus teatrales y quijotescas visitas y se lo dio a la actriz Alma Blanco y la directora Gladys Prince para lo hicieran espectáculo vivo. Ellas lo adaptaron y desde la temporada 2006, en el Teatro Luis Peraza, ha estado en escena y ahora busca nuevos espacios y espectadores, a sabiendas que su temática puede ser críptica por momentos pero que puede disfrutarse cual un bálsamo para los malos tiempos.
Es, pues, un texto culto, donde no hay desperdicio, donde todo está justificado. Todo es plausible, menos el suicidio fuera de escena, de un pistoletazo, de la actriz- personaje, que vive y hasta apasiona al auditorio gracias al trabajo profesional de Alma Blanco, una veterana y estudiosa integrante del Centro de Creación Artística TET, institución que comenzó a caminar desde 1972, de la mano de Eduardo Gil y que después ha comandado Guillermo Díaz Yuma.
Amor y soledad
La periodista Carolina Prieto, del diario bonaerense Pagina 12, publicó, el pasado 4 de junio, un extenso reportaje sobre la proliferación de los unipersonales creados y encarnados por actrices, obras de cámara con centímetros de distancia entre escenario y platea, de mucha intimidad y una comunicación casi directa con el público argentino. Entrevistó a Ximena Banús, María Merlino, Deby Wachtel, Irene Sexer y Leticia Torres Ximena Banús, quienes hablaron del público, el amor y la soledad:
–Todo lo que suceda va a depender de tu ritmo, de tu actuación, de tu percepción del público. Un público más risueño hace que yo me vuelva más risueña aún, y un público menos expresivo me lleva por otro lado, hace que no me acelere para causarle simpatía o risa. Termino más arriba después de actuar con un público festivo, pero un público que no se manifiesta tanto me ayuda a actuar mejor. Aprendí que al espectador hay que darle aire, no hay que darle material todo el tiempo sin respiro
-¡La mujer es el amor! Es atávico e inherente a su naturaleza, dentro del cuerpo femenino se forman los bebés. Creo que todo el mundo emotivo de las mujeres ve en el sufrir, en la falta y en la búsqueda del amor un territorio vastísimo donde saciarse.
-Todos sentimos amor, alegría, tristeza, soledad. Pero las mujeres tenemos una manera de contarlo más cruda, más desnuda y explosiva. Como si no pudiéramos callar todo lo que nos pasa y, en muchos casos, como si tuviéramos la necesidad de hacer algo y transformarlo en un hecho poético.
–Sufrimos la soledad y la falta de amor por igual, sólo que los hombres lo manifiestan de otra manera porque pesan diferentes mandatos que incorporamos y asimilamos. Sobre nosotras pesa distinto el estar sola y a medida que pasa el tiempo, pesa cada vez más. Hablamos porque nos gusta hablar de lo que nos pasa, nos gusta que nos escuchen. Qué mejor para eso que plantarse solita en un escenario.
-A mí no me interesó hablar de la soledad sino meterme con la obsesión y cómo la obsesión hace que desarrolle un poder de observación tremendo y conozca los vericuetos del ritual, hasta los pies hinchados de la novia apretados en sus zapatos nuevos o el ruido de las medias con el roce de las piernas. Es como si percibiera todo con lupa, con un zoom.


In Memóriam Ricardo García

Apareció muerto en su apartamento el 16 de diciembre de 2005. Este barquisimetano, de 46 años, dejó un valioso legado como guionista de cine y televisión, pero especialmente era dramaturgo. Y para que su memoria no desaparezca, un grupo de artistas, con los venezolanos Oscar Mendoza (director) y Gabriel Comrie Pepin (diseñador) a la cabeza, están exhibiendo en el downtown de Nueva York su pieza Manhattan Project, traducida por Adolfo Pérez Álvarez, dentro de la programación del Green Festival Planet Connections Theatre Festivity, el cual se realiza durante este mes de junio.
Ricardo García inició su carrera como autor teatral y posteriormente trabajó en los guiones de las películas Ifigenia y Tosca de Iván Feo y Reflexiones de César Bolívar. Intervino como libretista en diversas telenovelas, como Quirpa para tres mujeres, Caína y Amor mío. Viajó a México, en 1996, donde tuvo una parte activa en el equipo de escritores Argos que laboraba para TV Azteca. Su labor en el teatro fue extensa y tiene obras importantes como Niño lobo, Harry Dickson y Lobo Rojo, entre otras.
El director Mendoza, vía email, comenta que cuando se instaló en Nueva York, hacia 2001, se llevó casi todas las obras de Ricardo García. “Nunca pude entender como un escritor con su inteligencia y su solidez jamás fuera publicado. En 2003 tuve mi primera comunicación con él, quien se había instalado en la capital mexicana. Mi intención era hacerle saber que tenía sus textos y quería traducirlos al inglés y montarlos. Comenzó a revisar sus escritos y vino a hablar conmigo. Yo estaba trabajando en un montaje de dos comedias de John Guare en el Gene Frankel Theater aquí en Manhattan. Nos vimos en la Pequeña Italia y allí le mostré lo que teníamos. Se contentó muchísimo y estaba, muy entusiasmado. De aquí viajó a Caracas donde fue, dos días después, asesinado cobardemente. Mi interés por su dramaturgia trasciende al mensaje, al argumento. Mi interés por Manhattan Project es estético. Él podría ser leído en cualquier idioma y la estructura estética quedaría intacta. Por mi parte, ésta es mi segunda invitación a este evento que se desarrolla en tres salas con más de 50 producciones independientes”.
Sobre Manhattan Project comenta que el autor la tuvo guardada durante diez años, porque creía que era confusa, pero finalmente la dejó conocer. Tomó el titulo y elementos para su creación literaria a partir del nombre de un plan científico-militar, desarrollado, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), para obtener las primeras bombas atómicas antes que Adolfo Hitler y sus secuaces lo lograran. Estados Unidos, el Reino Unido y Canada lo liderizaron y lo ejecutaron. El general Leslie R. Groves y el físico J. Robert Oppenheimer fueron sus líderes. Empleó a más de 130 mil personas y costó cerca de 22 mil millones de dólares del valor actual.
La pieza teatral se centra en una entrevista por televisión a la científica Margaret que ha participado en un proyecto destinado a la fabricación de los artefactos que después explotarían sobre Hiroshima y Nagasaki, para imponer la capitulación a Japón e iniciar así una espeluznante carrera nuclear que puede destruir al planeta Tierra en cualquier momento.
Ricardo García -estudió en la Escuela de Artes de la UCV, pero nunca presentó la tesis, contó Xiomara Moreno- escribió que su pieza es un declarado ejercicio de literatura, donde el entrevistador Charles al insistir en mostrar el lado humano de la madura mujer, termina tejiendo una historia de amor y de traición tan explosiva como ese preámbulo que inauguró la amenaza del holocausto atómico para la humanidad. “Quizás no sea más que un melodrama que el autor y el entrevistador disfrazan de disertación científica por cuestiones de pudor”.
¿Y se podrá ver alguna vez esa pieza aquí en Caracas? Ojalá que Oscar Mendoza y su gente lo consigan, para así exaltar la memoria de un artista criollo malogrado en la mejor etapa de su carrera profesional.

domingo, junio 06, 2010

Pareja con 18 huecos

Si quiere aprender mecánica automotriz puede intentarlo de inmediato. Abundan escuelas que enseñan los rudimentos y hasta unas cuantas especialidades. Pero si pretende dominar el abecé de la escritura teatral encontrará complejos obstáculos. No hay institutos con sólidos programas dedicados a esa labor, salvo algunos avezados dramaturgos que reparten sus conocimientos a quienes acepten sus métodos. ¿Y ellos donde aprendieron? Lo que si pululan son cursillos sobre escrituras de telenovelas o guiones de cine, por lo que los interesados en la dramaturgia terminan sumergidos en otras complejidades y al final el teatro sale perdiendo, como tal.
Pero el teatro criollo avanza a pesar de su larga lista de problemas y el inexplicable desinterés de grupos, productores y directores para mostrar textos de sus compatriotas, salvo cuando los interesados financian sus montajes o ganan premios internacionales. Algunos exhiben sólo obras de sus amigos y gerentes y hasta una que otra pieza foránea para guardar apariencias. Son versiones, al revés, de El Nuevo Grupo, el “portaaviones” más importante del teatro criollo durante el siglo XX.
Esta introducción busca ambientar y festejar el estreno y la temporada, por ahora en el Celarg, de Nueve huecos, de Javier Moreno (Caracas, 12 de diciembre de 1960), dirigido y producido por su hermana Xiomara Moreno, con el profesional respaldo de Frank Silva y Mayte Parias. El autor, con 21 obras estrenadas, y el espectáculo demuestran como cuando hay talento, se quiere y además se cuenta con un poco de ayuda de sus amigos y de la familia, sí se puede exhibir una útil comedia dramática sobre la contemporaneidad venezolana y hasta permitir que un dueto de interpretes demuestren que tienen condiciones y puedan avanzar en el difícil camino de las actuaciones convincentes.
Nueve huecos es una inesperada comedia contemporánea que pendula entre la jocosidad erótica y la intensidad de una eventual rivalidad sexual. Es una saga, como lo precisa la directora Moreno, sobre la convivencia entre una mujer depredadora y un hombre manipulador. Una oportuna obra sobre el exacerbado materialismo y el interés individual que se combinan para hacer naufragar la necesaria o terapéutica relación de la pareja, más allá de las conductas sexuales.
Esa es la lectura escénica que hemos hecho del enfrentamiento entre Dalia (Mayte Parias) y Raúl (Frank Silva). Ella es una arribista que en ciertas circunstancias debe pedir alojamiento a él, un escritor de medio pelo y empleado de ministerio, en su alquilado apartamento. La forzada relación de pareja que surge va acrecentando las respectivas capacidades y las ambiciones de salirse cada uno con lo suyo: Dalia pretende asegurarse un medio material de supervivencia a costillas del otro. Raúl busca granjearse la satisfacción sexual y la comodidad de una relación abierta aunque jerárquica. Como sería lógico esperar la acción se desenvuelve hacia el terreno de las fricciones, de los malestares y la antipatía. La obra está armada en nueve cuadros que representan respectivamente cada una de las cavidades del cuerpo humano y a la vez los escalones que desciende la relación de pareja, en medio de un enfrentamiento de diálogos y acciones de fino humor y alta comedia, hasta el plano de la vergüenza o la mutilación.
A pesar que no creemos que las obras de arte dtengan que ser explicadas por sus creadores, destacamos el hecho de que el programa de mano revelan que el titulo Nueve huecos está inspirado en una frase de Johannes Von Tepl que aparece en su obra Labrador de Bohemia: “Cada hombre perfectamente creado posee nueve huecos por donde corren las inmundicias mas repulsivas”. Y, por si fuera poco, además agregan que “con esta premisa preséntanos las dificultades de la convivencia, la aceptación del otro y de uno mismo como ser diverso, y el materialismo exacerbado como temas de siempre”.
La verdad es que esas instrucciones o guías para degustar a Nueve huecos están de más, porque el producto artístico es bastante explícito y hasta un tanto didáctico. El espectador podrá concluir, entre otras cosas, que hoy por hoy Nueve huecos es un conflicto de heterosexuales, pero también es de homosexuales o lesbianas, porque lo que ahí se advierte es la gravedad de una relación disfuncional, del nefasto acoplamiento por intereses materiales, del animal acompañamiento para matar el tiempo, de la ausencia de amor que se transforma en una agresión diaria como arma de lucha y que no se sacia hasta la aniquilación total del contrario. Es aceptar dormir con el enemigo para acompañar la soledad. Ya el dramaturgo Moreno denunciaba esa terrible situación en el unipersonal La golpista.
Es buen teatro comprometido con la actualidad y corre como agua fría por la garganta del sediento, gracias a la pulcra dirección, las placenteras y conmovedoras actuaciones y la minimalista producción. Y reiteramos que ha servido de gran manera para relanzar a esa pareja de histriones valiosos, Frank Silva y Mayte Parias, porque son los cuerpos y las almas de esos contemporáneos Dalia y Raúl, modelos de angustiados seres destruidos por una sociedad que no permite la utopia del amor y que sí exige el pingüe negocio con las más elementales relaciones humanas.
Y no podíamos olvidarnos de la tenacidad de Xiomara Moreno con su paciente trabajo de directora general y en especial por la conducción de los actores. Un trabajo perfecto, donde está además el gran soporte de la música creada por Laden Horvat.

sábado, junio 05, 2010

Wilde juzgado en Caracas

Lo que más ambicionan o desean los artistas e intelectuales venezolanos es ser exaltados en su propio terruño. Pero, en ocasiones, ese anhelado reconocimiento no llega sino cuando se triunfa en el exterior. El más reciente caso de tan “curioso fenómeno cultural” es precisamente protagonizado por un caraqueño que a los 24 años se instaló en Estados Unidos de América para estudiar dirección teatral. Sus profesores de la Universidad de Nueva York le aconsejaron que formara una agrupación con estudiantes o jóvenes comediantes, por supuesto, para que así la teoría y la práctica fuesen de la mano. ¡Sabia recomendación!
Así lo hizo y con su Tectonic Theater Project, fundado en 1992, comenzó una producción “silenciosa” de espectáculos hasta cuando, tras escribir y exhibir, su primer texto Actos Indecentes. Los tres juicios de Oscar Wilde (1997), la exigente critica teatral ponderó su trabajo y el todopoderoso periódico The New York Times, lo catalogó como uno de los 10 personajes que había logrado transformar el ámbito cultural de Estados Unidos de América, en aquella última década del siglo XX.
Pero es ahora cuando en Caracas se podrá ponderar esa pieza que lanzó a Moisés Kaufman (21 de noviembre de 1963), gracias al montaje que dirige Michel Hausman y protagonizan Javier Vida, Alejo Felipe, Juan Carlos Alarcón, Rolando Padilla, Christian McGaffney, Fernando Yvosky, Elvis Chaveinte y Eben Renan.
El estreno de este montaje, gerenciado por Yair Rosemberg para Producciones Palo de Agua , seríal próximo 15 de julio en el teatro Escena 8 , en Las Mercedes. De esta manera, se conocerá en Venezuela la “ópera prima”, que lo hizo famoso, hasta colocarlo entre los más importantes artistas del medio teatral estadounidense. Hay que reconocer, que su prominente sensibilidad e inteligencia le han permitido además elaborar un discurso estético propio y poner en práctica una metodología de trabajo que apunta hacia las más hondas interrogantes de la condición humana. ¡Su patria ya no lo ignorará jamás!
110 años después
Actos indecentes. Los tres juicios de Oscar Wilde tiene como eje la tripleta de procesos a los que se enfrentó Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde (Dublín, 1854/París, 1900), pero no es una interpretación de su vida. A escasos meses de cumplirse 110 años de su muerte, gracias a la pieza de Kaufman el poeta irlandés “vuelve” al banquillo de los acusados, por haberse enamorado del joven lord Alfred Douglas, ya que en la sociedad victoriana, de finales del siglo XIX, sostener relaciones homosexuales era un grave delito. El castigo fue impuesto y la mala reputación marcó la vida del escritor para siempre. Años después, fue reivindicado, cuando la sociedad británica ya no castigaba tal delito.
En el texto no se maneja la dimensión de un ser revolucionario o de un Wilde arquetipo del gay, sino de un ser humano que tiene las mismas contradicciones que tienen todos. Plasma a un ser humano que se encuentra de repente inmerso en una realidad ante la que toda creación choca contra las estructuras sociales, la ley, la moralidad, las ideas convencionales y el puritanismo.
Esta obra, que se ha presentado en más de 40 ciudades en Estados Unidos de América y en otras tantas urbes americanas y europeas, exhibe a Wilde en pleno romance con el tercer hijo del marqués de Queensbery. Este, John Sholto Douglas, arrogante, malhumorado, excéntrico y quizás incluso desequilibrado mental, noble escocés cuyo mayor logro había sido desarrollar y promover reglas para el boxeo amateur (Normas Queensberry), hace todos los esfuerzos posibles para romper la relación.
El marqués deja una nota a Wilde en el club social al que este concurría, acusándolo de “sodomita”, Wilde comete el error de seguir los consejos de su amante e inicia un juicio contra su “suegro”. Cuando Queensberry intenta probar que Wilde es homosexual, éste decide abandonar el juicio pero con ello no consigue impedir su propio arresto por el cargo de “Actos indecentes”. Durante el nuevo juicio, varios jóvenes testifican haber tenido relaciones con él. El bardo se defiende utilizando argumentos estéticos pero en el tercer y último juicio las consideraciones políticas juegan en su contra y sus intentos por impresionar al jurado no logran evitar que fuese declarado culpable de “Actos indecentes”.
Pasaporte
Moisés Kaufman ha manifestado, en repetidas ocasiones, sus deseos de regresar al terruño -vino con I Am My Own Wife, otro de sus más exitosos espectáculos, al caraqueño Festival Internacional de Teatro del 2006- para dictar algunos talleres sobre dramaturgia y dirección y hasta eventualmente hacer un montaje. Por ahora no piensa en otra cosa que en su apretada agenda de trabajo para 2010 y 2011 con Tectonic Theater Project, su "máquina de hacer teatro", con la cual ha creado, entre otros, tres espectáculos que lo colocaron en la órbita de la nueva estética teatral estadounidense. Gross Indencency: The Tree Trials of Oscar Wilde, The Laramie Project y I Am May Own Wife, le dieron premios, nominaciones, dólares y prestigio, materiales con los cuales ha elaborado un impactante “pasaporte artístico” que le abre las puertas de las instituciones públicas o particulares para apuntalar sus ambiciosos proyectos creativos, como su más reciente 33 Variations, donde el gran personaje de fondo es nada menos que Ludwig van Beethoven.
Epigramas
''El pasado es lo que el hombre no debía haber sido. El presente es lo que el hombre no debe ser. El futuro es lo que los artistas son'', decía Oscar Wilde. Ese pensamiento, y otros más del legendario vate, lo leyó Kaufman en Los epigramas de Oscar Wilde, una antología de Alvin Redman, con introducción de Vyvyan Holland. A partir de ahí, revisando biografías, periódicos de la época, transcripciones de los juicios y hasta los propios escritos de Wilde, le permitieron construir su monumental reportaje teatral con un fascinante mosaico de perspectivas, como lo ponderarán ahora los venezolanos. Esa técnica o metodología la ha aplicado también, con éxito, en El proceso Laramie y en 33 variaciones. Él escribe o hace una exhaustiva dramaturgia al texto que escenifica. Esa es una parte del método Kaufman.

jueves, junio 03, 2010

La contemplación desafía a la estupidez

El caraqueño Edgar Borges (44 años), tras escribir y lograr la publicación de su texto literario La contemplación, el cual a su vez conquistó el Primer Premio Internacional de Novela Albert Camus, se puso al frente de la indispensable promoción para llegar al mercado español, por ahora. Semejante tarea de ayudar en la “venta” o “distribución” de la obra de arte no es nada fácil y menos dentro de una comunidad culta y ducha en el placer de la lectura, pero he aquí lo que nos responde, desde Madrid.
-¿Cual es el balance de esa primera temporada de promoción con su novela?
-La primera temporada de La contemplación ha caminado según el ritmo que se le debe pedir a una novela que pretende ser obra literaria: de menos a más, en pequeño, lento pero seguro; incluso, si pienso en el tiempo de prisa absurda que estamos viviendo, cuando se le pide a un libro que dé resultados inmediatos (cuando lo norma es que una obra se mida en el tiempo), debo decir que La contemplación, al no ser una novela desechable, ha dado excelentes resultados. En las primeras presentaciones no vendió ni un sólo ejemplar, pero ya en la más reciente terminó vendiendo todos los libros que mandó la editorial. Ese balance te lo hago desde la lógica del mercado, pues a mí, como lector, que es el inicio y el final de mi pasión hacia las letras, me parecen sospechosos muchos de los libros que más se venden.
“No estamos en tiempos de gustos exigentes; atravesamos, en el mundo, una profunda crisis de pensamiento. No me canso de repetir que la próxima gran crisis que enfrentará la humanidad, ya como un auténtico apocalípsis, será el imperio de la estupidez. Creo que en el mediano plazo la estupidez ocupará todos los espacios de poder que aún le faltan por ocupar. Veremos a los estúpidos invadirlo todo, absolutamente todo; es hasta posible que quienes nos resistamos a ser estúpidos tengamos que escondernos en las bibliotecas, si es que aún existen para entonces. De lo contrario, el mejor escondite, o trinchera, podrían ser los subterráneos o fingirnos estúpidos. Desde el punto de vista literario, que es el que me importa, la novela ha tenido múltiples logros e interpretaciones. Es más, creo que marcha rápido para lo que yo esperaba. Igual, lo mejor será dejársela al tiempo para que se determine su espacio o su vacío. Las dos cosas, como paradoja, me sirven”.
- ¿Cómo están las ventas y las otras operaciones comerciales, como contratos y reediciones?
-Lo de las ventas bien, como dije antes, según la lógica del mercado va bien, de menos a más, es lo menos que se le puede pedir a una novela que no cuenta historias ni de vampiros, ni de catedrales, ni de zombies (aunque sí de vivos que lo parecen), ni de nada que esté de moda por estos días. Además, tomando en cuenta que no soy un autor nórdico, que ahora se publican a 30 por día, me va bien. Si algún día se ponen de moda los autores venezolanos, es posible que, para evitar la moda, me ponga a escribir en francés o en chino, nunca se sabe de lo que uno es capaz para escapar de las modas. Aunque pensándolo bien lo mejor será ponerme a escribir en una lengua originaria de las tantas que tenemos en América.
“Nunca he descartado la idea de irme a estudiar con los grupos que fundaron nuestro continente, seguro que ellos son quienes me pueden contar las historias que no están escritas en los libros oficiales, lo que sería la historia interrumpida. Eso me haría sentir muy bien con mi conciencia y con el futuro”.
-¿Qué hay de compromisos o contratos ?
-El mejor contrato que he firmado, respecto a La contemplación y mi carrera en general, lo acabo de firmar con la agencia literaria Bookbank. Con la agente Alicia González Sterling el camino se presenta interesante; ella viene a representar algo así como un centro de energía que requería mi idea literaria para seguir escribiendo cosas. La representación cubre tanto el espacio literario como de de las conferencias, que es algo que me interesa mucho. Y en este sentido se vienen ofreciendo conferencias que se distancian mucho del estilo clásico, pues hay que introducir cambios para no quedar atrapado en el charco global. Sobre las reediciones y sorpresas de La contemplación aún no puedo hablar, dale tiempo al libro y lo verás. Su tiempo ya no es el mío.
-¿Qué han dicho los críticos o los especialistas?
- La contemplación (salió el 31 de marzo de 2010), a dos meses de su lanzamiento (muy discreto por lo demás a nivel de distribución), ha originado más de 15 artículos con importantes análisis. Desde Enrique Vila-Matas que la define como una novela sobre las identidades olvidadas; pasando por Salvador Moreno Valencia quien la ve como una obra que invita al enfrentamiento de las identidades del yo; hasta la tuya que la asume como la metamorfosis de un transexual y la del antropólogo Ariel José James quien (además de recordarle a Pedro Páramo de Juan Rulfo, por los personajes que parecen estar muertos) la analiza desde muchos perspectivas que giran en torno al estudio del yo en tiempos de uniformidad de las masas. Tampoco puedo dejar por fuera la interpretación del amigo Luis Britto García que la toma como una novela que muestra la violencia que la globalización ejerce contra el individuo y la lectura del poeta Francisco Vélez Nieto que sintió la presencia de César Vallejo y de Robert Walser. Por otra parte, Antonio Gómez Rufo dice que La contemplación es el paseo por la existencia de una persona y Pedro Antonio Curto centra su estudio en los enigmas de un calle que devora personas, en este caso la calle 11, que es la calle emblemática de la novela. Pero también están los lectores que me escriben y me dicen sus lecturas. Cada una ha sido diferente, eso es lo que más me satisface de la novela, pues en el diseño de su estructura esa fue mi intención; generar, desde la influencia que ejerce en mí Julio Cortázar, un juego donde el lector pudiera participar con su inventiva. Algunos escritores y hasta lectores me manifestaron su asombro por la existencia y la vida del transexual venezolano Esdras Parra, que es uno de los personajes de mi novela, por así decirlo.
- ¿Cómo es que en España no sabían de la existencia del transexual Esdras Parra, precisamente un escritor venezolano con obra?
-Es un problema más común y paradójico de lo que a veces imaginamos; el gran mercado editorial, al igual que las grandes plataformas informativas, no nos comunican como se suele decir. Ya no es como antes, un libro, por muy importante que sea, no sale al mismo tiempo en un país y en otro. Incluso, esto ocurre hasta en países vecinos. Poco sabemos los venezolanos de la nueva literatura colombiana y viceversa; pero mucho de esto pasa en todas partes. Los únicos libros que hoy se editan, al mismo tiempo, en todo el planeta, son los libros de entretenimiento barato; hay excepciones, claro, no puedo generalizar, pero es una regla. Con Esdras Parra ocurre el gran drama de la literatura venezolana; como no tuvimos un bendito representante en el famoso boom, se piensa que la literatura venezolana no vende, por ello hay un prejuicio. Pero eso hay que derribarlo, pues Venezuela ha contado y cuenta con excelentes escritores, no voy a citar a ninguno porque me molestan las listas, pero Venezuela tiene muchos Esdras Parra y de cualquier sexo, pensamiento y color. Hay que pasarle por encima a todos los paradigmas.
- ¿Y ahora qué escribes y para cuándo lo anuncia?
- Estoy escribiendo una novela sobre la estupidez; no puedo decir más pero ese será el tema que centrará, creo, mis próximas novelas y relatos, pues, lo más probable es que el gran tema del arte de los próximos tiempos sea parodiar la estupidez. Claro, este será mi tema mientras yo no forme parte de la estupidez. Si eso pasa es posible que sean los lectores quienes se den cuenta cuando publique un libro titulado Cómo amar en tiempos de crisis. Yo para entonces estaré disfrutando en alguna isla viendo a los intelectuales de lejos, muy de lejos. Y me uniré a los foros virtuales que andan diciendo, como loros, que Umberto Eco es un dinosaurio y que los libros son un problema para la tranquilidad. Positivo y positivo, hermano, más nada. Bien lejos los pesimistas ilustrados que tanto daño le hacen al mundo. Pero tampoco te creas esto al pie de la letra, Tocayo, es posible que algún día, debajo del sol, me venga a la mente alguna mala palabra de Arthur Rimbaud, por ejemplo, y me devuelva a la ciudad cargado de ideas peligrosas.
- ¿Cuándo traen a Caracas su novela La contemplación?
- Cuando alguien quiera que así sea; yo lo quiero, por los lectores venezolanos que necesitan enfrentarse a la literatura de la gente que nace ahí, y por los escritores que también necesitamos lectores de nuestro suelo, no por exclusividad geográfica, que no creo en eso, sino por necesidad de interpretación existencial, que es un punto importante para saber dónde estamos parados, nacional, internacional y universalmente, porque, aunque ya pocos lo recuerden, el universo existe.