sábado, marzo 27, 2010

Quemazones de Judas

Las comunidades venezolanas y sus artistas generan, conservan y además poetizan sus tradiciones, como es el caso de “La quema de Judas”, la cual se realiza el Domingo de Resurrección. Su razón original es recordar la traición de Judas Iscariote a Jesús de Nazaret, pero tiene un significado alegórico de la justicia popular, al aludir a la felonía de un personaje seleccionado para ser el Judas a su pueblo, comunidad o hasta el país.
En Cumaná se cuenta que el primer Judas incinerado, hacia 1499, fue representado como Américo Vespucio, porque éste, tras haberse presentado con espejitos y baratijas para ser trocadas por perlas y lograr que los indígenas le construyeran un bergantín, se marchó para jamás regresar. Los aborígenes al percatarse que el conquistador no retornaba decidieron hacer una especie de espantapájaros y colocarlo en el sitio donde habían fabricado la barraca para Vespucio, le prendieron fuego y bailaron al son de los tambores y chirimías.
Afirman que durante la Capitanía General de Venezuela cuando algún personaje de la vida pública cometía algún desatino esperaban su caída y lo judaizaban. La ceremonia, que ha persistido a través de los siglos, se inicia al escoger la persona de la comunidad que por sus acciones es considerada una amenaza para la sociedad y se hace merecedor de las burlas y el escarnio. Elaboran un muñeco, a semejanza del Judas seleccionado, con telas o ropas viejas, lo rellenan con fuegos artificiales, los cuales explotan una vez que el Judas sea ahorcado y quemado. Se le redacta una especie de testamento que identifica al Judas y hasta se le hace un resumen de su vida y de sus faltas, y se le agregan los últimos deseos del personaje de marras.
Se afirma que el primer Judas de Caracas se quemó en el año 1801 y luego se hizo común en Venezuela, especialmente en Caracas, en los estados orientales, además de Mérida, Lara, Cojedes y Aragua.
Venezuela no es el único país latinoamericano que rechaza a los traidores con la quema de muñecos simbólicos, pues también ocurre lo mismo en Brasil, Chile, Cuba, República Dominicana y hasta Nicaragua, donde queman al Judas el viernes, el sábado o el domingo de la Semana Santa.
Cine y teatro
Esta tradición inspiro al dramaturgo y cineasta Román Chalbaud (Mérida, 1931) para que escribiera la pieza teatral La quema de Judas en 1964. Ahí el delincuente Jesús María Carmona ingresa a la policía para intentar robar después a una agencia bancaria con unos amigos, malandros como el, pero un grupo guerrillero también lanza un operativo similar contra el mismo banco y él muere defendiéndolo al verse obligado a actuar. Posteriormente, las autoridades deciden usar su historia como ejemplo de la lealtad del funcionario muerto en el cumplimiento de su deber, pero descubren su verdadera identidad. Mientras tanto, en el barrio donde creció queman su imagen por considerarlo un traidor.Las mas reciente representacion de este texto se hizo durante la temporada de 2008, en Caracas.
Chalbaud ha dicho que todos los días sucedían y todavía ocurren hechos como los que cuenta en su pieza. “Prácticamente saqué de los acontecimientos reales las ideas para escribirla. Había asistido a varias quemas de Judas en San Agustín, en el Cementerio, en Capuchinos. Donde se denunciaba el horror de la traición y Judas era colgado e incinerado por el pueblo. Hacia 1974 decidimos filmar la película. No rodamos la obra teatral porque José Ignacio Cabrujas y yo escribimos un guión de cine basado en mi pieza. Hicimos una película realista. No traicionamos el texto original. Lo transformamos”.
Considera que si hiciera una segunda versión cinematográfica de La quema de Judas, proyecto que puede darse de un momento a otro, respetaría muchos de sus diálogos, de su poesía y de su magia.
Chalbaud subraya que siempre le interesaron las tradiciones venezolanas y por eso en su teatro y su cinematografía hay varias creaciones suyas. El predica con el ejemplo e invita a sus compatriotas que las lean o las vean, bien en las salas teatrales o en las de cine. En su primera obra teatral Caín adolescente aparecen varias de estas costumbres. El primer acto transcurre en Navidad, los pesebres, los aguinaldos. El segundo acto pasa en Carnaval: las máscaras, los templetes, la falsa alegría. Y el tercero culmina en Santa Teresa, durante Semana Santa, donde una voz gritó fuego el Jueves Santo dentro del templo. La gente corrió. Murieron 42 personas. Todo eso ocurrió y lo que hizo Chalbaud fue inventar que dos de los protagonistas de su Caín… murieran ahí ese día. Esta pieza la llevó al cine en 1955 y con ella inauguró su filmografía que pasa ya de 24 largometrajes.


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