martes, enero 20, 2009

Espejo para espectadores

Entre Bolívar y Chocrón ha realizado Bagazos su periplo escénico de 40 montajes en 30 años. La agrupación nació el 20 de junio de 1979, en los pasillos del caraqueño Colegio El Ángel, como un proyecto sociocultural para hacer del teatro un vehículo de aprendizaje fuera de las aulas. “Necesitábamos un espacio para la formación y la reflexión y para conocernos nosotros mismos. Profesores, empleados, padres y alumnos, lo fundamos, llenos de sueños y ganas de enseñar, aprender y experimentar Tomamos al teatro como recurso didáctico y utilizamos temáticas propias a la comunidad”, cuenta su líder Gerardo Blanco López.
“Todo arrancó con el espectáculo Juicio a Bolívar, escrito por Carlos A. Sánchez, mi gran amigo y cofundador, y siguieron espectáculos donde introducimos la novedad de foros al finalizar la función, para el encuentro, la discusión y principalmente la reflexión. Luego vino la búsqueda de nuevos espacios y la profesionalización llegó, en el Ateneo de Caracas, con montajes como El encuentro, La cuadrilla, El aplauso va por dentro, Divorciarme yo y Secreto a voces. Entre los últimos espectáculos más importantes están: Parece mentira, Las tumbas son pa’ los muertos, La Quinta Dayana, y, más recientemente montamos, Tric Trac, de Isaac Chocrón, éste último como resultado del taller montaje que dictamos en el Celarg”.
“Esas tres décadas de labores sacrificadas del Bagazos valieron la pena”, asegura, porque pudieron sentirse vivos, hablar, pensar y hacerse escuchar. “Hemos tenido la posibilidad de trascender y estamos de nuevo abriendo ventanas a nuevas generaciones de actores, escritores, productores, amantes del teatro, y, efectivamente, hemos creado un espacio de construcción de sueños para muchos de los que han pasado y de los que se han quedado, siempre creciendo y haciéndolo crecer. Poner frente al espectador un espejo donde se mire, se descubra y sonría, esa es la mayor de las satisfacciones, cuando vemos salir al público de nuestras presentaciones”.
Gerardo cree que hay que festejar los 30 de Bagazos, “porque es un importante compromiso celebrar, de alguna forma; es la manera de reconocer que se está vivo y se quiere continuar; así agradecemos a Dios, a toda esa gente creyente en nosotros y que nos ha acompañado en la difícil, peligrosa, apasionante e increíble aventura de hacer teatro en este hermoso país. Y para cumplir con ese importante ritual, tenemos previsto hacer, el día del estreno de las obras premiadas del Concurso Chela Atencio, un acto para reconocer a las personas e instituciones que han colaborado con el grupo durante estos años: tenemos previsto publicar una revista para dejar constancia escrita y gráfica de los últimos diez años del grupo. Organizaremos un encuentro con invitados especiales para analizar y compartir nuestra experiencia, acompañado con un resumen fotográfico y fílmico de nuestra historia. Todo esto dentro del marco de las actividades regulares programadas para este 2009, como son dos montajes y los talleres de actuación y de dramaturgia. Y eso será en junio o en julio, lo aseguro”.
Bagazos seguirá creando espacios para la formación artística y luchando para que ese proceso esté relacionado íntimamente con la ética teatral, con hombres y mujeres formados en el respeto a la profesión. “Otro de nuestros objetivos es continuar apoyando a la dramaturgia nacional preferiblemente emergente. Dar oportunidades, ese ha sido nuestro norte y nos mantendremos en esa línea a través de los talleres de capacitación actoral, programados para comenzar durante el próximo mes de marzo en el Celarg; así como nuestro taller de dramaturgia dictado por Mónica Montañés, además del Premio Chela Atencio a la mejor obra de teatro. Y, por supuesto, continuaremos en la búsqueda de una sede. El que porfía vence, eso dicen”.
Han podido transitar estas tres décadas con un modesto aporte financiero proveniente del Estado, con los ingresos del propio grupo a través de sus montajes y talleres, también con los aportes de empresas privadas, de amigos, de familiares o sencillamente de personas que creen en ese teatro y por eso lo apoyan.
Futuro
Según Gerardo Blanco López, el teatro venezolano ha crecido y se ha establecido como un movimiento sólido y con futuro. “No es producto del azar la aparición de nuevos dramaturgos, directores, actores, productores y promotores, la creación de nuevos y cálidos espacios. La creación y fortalecimiento de las escuelas de teatro, así como el interés de muchos grupos de formar talentos y el marcado movimiento joven que se incorpora al espacio de las artes escénicas, lo confirman. Pero tampoco se puede desconocer la crisis que viven instituciones como el Ateneo y Theja. Necesitamos ver un teatro de lo cotidiano, de lo que vivimos, de nuestra realidad; un teatro que corra riesgos, que hable para todos, menos banal y más comprometido. A veces pensamos, peligrosamente, que la gente quiere ir al teatro sólo a reírse”.

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