domingo, marzo 30, 2008

Al estilo de Rodolfo Drago

Inmensa como la cordillera andina. Así es la lista de intelectuales y artistas foráneos o extranjeros que se vincularon al crisol de la sociedad venezolana durante las últimas siete décadas. Hay triunfadores y merecedores de medallas y otros honores. Hay contrafiguras o personas de bajo perfil. Gente discreta que hizo o hace lo suyo y no lo publicitan, quizás porque su mano izquierda no debe saber lo que hace su derecha. Todos son importantes con sus contribuciones a la historia de la civilización venezolana, especialmente en lo referente a las artes del entretenimiento, porque pueblo que no se ríe o se divierte está muerto, más nada.
Y uno de esos visitantes que ha contribuido con lo suyo es el primer actor Rodolfo Drago, quien desde el 27 de marzo de 1976, más o menos, se instaló en esta Tierra de Gracia para trabajar, amar y procrear. “He disfrutado la libertad como nunca antes la había vivido. El humor criollo no es comparable con nada ni con nadie. Es un pueblo que se ríe de sus propios problemas. Y no sé si eso es bueno o malo o regular. Vive la vida con más afecto”.
Drago comenzó a trabajar en la televisión sureña hacia 1956.Lo sancionaron porque no tenía permiso ni de la escuela ni de mis padres. Estudió en el Instituto Nacional de Arte Dramático. Debutó en el teatro con la sórdida pieza Lástima que sea una puta de John Ford y hasta cine hizo. Pero su destino era fuera de su terruño y emprendió un viaje, a lo Peer Gynt, que lo ha llevado por todo el mundo en los últimos 40 años, aunque ancló en Caracas hasta ahora.“Salí a recorrer escenarios y lo hice con una compañía de teatreros que tenían 24 obras en su equipaje histriónico. Yo trabajaba en 23, nada menos. A Venezuela vine en tres ocasiones y en la última, al parecer la definitiva, me quedé”.
Está aquí porque en el Teatro Los Cedros mostró el vodevil La pulga en la oreja y entre la audiencia estaban los gerentes de Venevisión. Gustó su trabajo y lo contrataron, pero tuvo un primer obstáculo: el sindicalismo mal entendido lo trancó, pero lo superó y desde entonces ha participado en no menos de 22 telenovelas, sin contar otras 30 en Venezolana de Televisión, además de teleteatros sabatinos que hizo en esa planta, cuando era privada. “Participé activamente en la programación teatral caraqueña y por eso recuerdo mi rol en Los chicos de la banda, bajo la égida de Jaime Azpilicueta, donde mi compatriota Aníbal Grunn hizo el rol principal y atrapó a la enloquecida audiencia del Teatro La Palmas, de 1978, por sus episodios tragicómicos sobre el tercer sexo. Mis recientes participaciones teatrales han sido en la Sala Anna Julia Rojas, donde dirigí la pieza erótica ¡Oh, Caracas!, en la temporada 2005-2006, con enorme éxito de público, y ahora estoy de presentador del show Humor con ovarios, con unas excelentes actrices, en el Teatro Luisela Díaz. No hago ningún personaje y me siento muy cómodo. Ahora quiero hacer un monólogo, tal como me lo propusieron, a partir de mis experiencias con Marlon, el estilista que he encarnado en la telenovela Arroz con leche”.
Aclara que Marlon no es un peluquero cualquiera, “sino todo un señor gay. Un estilista dulce y compañero, nada estridente, nada insultante, ni tampoco un colchón de plumas que caminan. Sin pareja y sin amantes. Todo un caballero estilista, a quien las mujeres lo prefieren por su creatividad. La televisión criolla ha sido perversa con los gays. Los utilizan como estereotipos amanerados. Por eso mi estilista Marlon es distinto y dice las cosas como cualquier persona, pero que con una mira o una movida de manos define todo. Un señor que tiene la alegría de vivir como es y punto. Hacer eso no es fácil y menos en televisión. Creo que un actor homosexual, y aclaro que tengo total respeto por esa conducta, debe sufrir mucho al hacer un personaje así, porque al actuar hay que inventar cosas que no existen”.
Sin nietos
Pascual Antonio Tuliano Drago es el otro yo del comediante Rodolfo Drago. Nació en la capital federal de Argentina el 27 de mayo de 1942. Su nombre artístico es un capricho del director Rodolfo Santángelo, quien lo conoció cuando el espigado muchacho exhibía sus 17 años y pretendía actuar en la película 11011. “Me rebautizó como Rodolfo por aquello de que me parecía a Valentino, el gran galán del cine, y me encasquetaron el apellido de mis abuelos maternos. Me conocen así, desde finales de los años 50. En mi vida privada, que es poca, pero muy importante, me casé y me divorcié también, pero actualmente disfruto de una relación de más de 16 años con la actriz Mayra Africano, aunque le tengo unas cuantas décadas de experiencia vital, pero nos amamos mucho. Engendré tres hijos: Anabella, 32 años, abogada y bailarina clásica, reside en Buenos Aires. Rodolfo Antonio, de 28, odontólogo y músico, y Victoria Eugenia, de 25, a punto de graduarse en Estudios Internacionales, son venezolanos. Ninguno me ha dado nietos, al parecer no han querido hacerme más viejo”.

martes, marzo 25, 2008

Hitler gay en Aula Magna de la UCV

¡Que no cunda el pánico entre los neofascistas y moralistas de nuevo cuño! Ahora se podrá degustar en Venezuela (primero en su capital y después en Maracaibo) un musical, estrenado en Broadway en 2001, donde Adolfo Hitler no es precisamente el macho que registra la historia. Se trata de The producers (Los productores) de Mel Brooks, que traducido al español y con actores criollos se verá desde el sábado 12 de abril en el Aula Magna de la UCV, gracias a Palo de Agua, la empresa del director Michel Hausmann y el productor Yair Rosemberg.
EL MUSICAL
Los productores es teatro dentro del teatro. Muestra un lado poco conocido de algunos empresarios o productores, esos cuyo oficios es conseguir capitales para montajes de obras, utilizando o abusando, por así decirlo, de la bondad y de las cuentas de algunos inversionistas que no persiguen únicamente la ganancia financiera, sino que además anhelan un tanto de fama y hasta esa aureola de benefactores o mecenas de las artes.
Pero, según la inventiva de Mel Brooks (Nueva York, 28 de junio de 1926), basada en hechos reales, “dos ovejas descarriadas” no quieren que su espectáculo gane fortunas en dólares, sino que pierda y así ellos se quedarán con una parte por la acción dolosa que orquestan. Así lo enseñó con un guión singular para su película The producers (1968) por el cual ganó un Oscar en 1969, pero es durante la temporada neoyorquina de 2001 cuando mostró la versión teatral sobre dos productores que se las ingenian para producir Primavera de Hitler, obra de un filonazi, y contratan un equipo artístico y técnico, desde la dirección hasta la luminotecnia, integrado por otro de los grupos perseguidos durante el nazismo: los homosexuales. Y producen así un espectáculo “para perder parte de la inversión”, pero lo que nunca esperaban era que el público se entusiasmara ante la parodia sobre el Fuhrer afeminado, que además es cantante y buen bailarín, y les hiciera ganar más dinero de lo que se esperaban, convirtiendo ese “fracaso anhelado” en un taquillazo insospechado. El final, que sorprende, no lo contamos para no destruirle la intriga al público.
El guión es una clase sobre altas finanzas, sexo, falta de escrúpulos, glamour, política, música y versatilidad teatral, donde Mel Brook aborda algunos temas universales, como el valor de la amistad, el amor sincero, la avidez de dinero, la deshumanizada vida de los burócratas. Todo con su peculiar sentido del humor judío
PRODUCCIÓN CRIOLLA
Más de 40 artistas en escena, cantando y bailando deslumbrantes coreografías, junto a más de 30 músicos de una orquesta, darán vida a Los productores, con la parodia del Hitler gay, realizada por talentosos venezolanos, comenta Michel Hausmann (Caracas, 27 años).
“El elenco está encabezado por Roque Valero y Armando Cabrera, quienes encarnan a Leo Bloom y Max Bialystock, los productores truhanes; la bella y polémica Fabiola Colmenares es la sensual Ulla, clave en la trama. Luigi Sciamanna interpreta a Franz Liebkind, el dramaturgo de la parodia sobre el jerarca nacionalsocialista, mientras que el otrora Juan Corazón, o sea Rafael Monsalve, encarna a Roger DeBris, actor afeminado que asume al líder del Tercer Reich. Salomón Lerner es el director musical y la producción general está en manos de Yair Rosemberg. El montaje cuenta con la participación de Luz Urdaneta como directora de coreografía, Edwin Erminy, Carolina Puig y Eva Ivanyi, son los diseñadores de la escenografia, la iluminación y el vestuario”.
Hausmann comenta que en “Los productores hay una burla muy grande hacia una figura autoritaria, a un dictador que dejó una infausta historia, por lo cual el público podrá hacer libremente sus asociaciones o simplemente divertirse teniendo en cuenta la depurada teatralidad del espectáculo en sí y por el virtuosismo de los actores venezolanos ahí comprometidos. La diversión está asegurada, de eso no hay duda alguna”.
Produce y dirige Los productores “porque nos gusta mucho, es una gran obra y de total vigencia. Hicimos la traducción porque no gustaron las que existen y en eso nos gastamos cinco meses cuidando todos los detalles. Es una gran oda al teatro y en especial plantéa el drama humano de los productores, una profesión que aquí no existe todavía. No la hemos adaptado, aunque hay algunos chistes criollos que los permite la misma pieza”.
MUCHOS BOLÍVARES
No revela los costos de la producción, sólo comenta que “son muchísimos bolívares fuertes. Una cifra cercana al millón de dólares, al cambio oficial. Esperamos tener unos 32 mil espectadores en la temporada para recuperar la inversión y poder seguir trabajando. Pero no nos estamos haciendo ricos”.
No hay ninguna restricción para el montaje, porque “Mel Brook fue muy meticuloso al escribir su texto y sus 110 acotaciones, las cuales respeto. No vale la pena que haga una reinterpretación, cuando esta pieza se hizo hace seis o siete años en Nueva York. Hay que ser fiel a sus didascalias, aunque hay oportunidad para hacer aportes verdaderamente creativos”.
Informa que en Palo de Agua han programado las reposiciones de Jesucristo Superestrella y El violinista en el tejado para el último trimestre de este año.“En lo personal me dedicaré a escribir una obra para montarla durante el venidero 2009. Quiero con Salomón Lerner escribir un musical. También busco hacer cine, que lo estudié en Estados Unidos, aunque me siento muy bien en el teatro. Creo que en el futuro me moveré en esas dos áreas de creación”.

Peter Brook de nuevo en Caracas

Por ahora los Festivales Internacionales
de Teatro de Caracas, tal como los soñó
y realizó Carlos Giménez a lo largo de dos décadas, ya no se harán más. Fue fácil cambiarlo, lo difícil ha sido sustituirlo a lo largo de los últimos 15 años de su mutis. ¡Vendrán tiempos mejores y es posible que ese imaginario telón vuelva a subir para los FITC!
Por ahora hay que reseñar que totalmente gratis, sí, gracias al Festival de la Francofonía 2008 se presentaron cuatro funciones, en el Celarg y el Teatro San Martín de Caracas, del excelente espectáculo Siswe Banzi est mort (Siswe Banzi está muerto) escrito por Athol Fugard, John Kani y Winston Ntshona. Se trata de una depurada creación escénica del legendario director Peter Brook (Londres, 21 de marzo de 1925) y su agrupación francesa Théâtre des Bouffles de Nord, con la cual, una vez más, arremete contra la discriminación racial en el mundo, demostrando su concepto de que en el escenario lo invisible se materializa.
Fuimos testigos de cómo el público caraqueño disfrutó hasta la saciedad por la vigencia de la pieza y el virtuosismo de los histriones que, además, rompieron la barrera del lenguaje verbal galo, aunque había subtítulos en español.
Sizwe Banzi est Mort recuerda cómo fue la situación de los negros en Sudáfrica durante 345 años (1652-1997), pero que al mostrarla ahora invita a reflexionar sobre la actual y trágica situación de los inmigrantes ilegales, quienes se atreven a salir de sus países para insertarse en las economías más desarrolladas, pero carentes de mano de obra barata, tal es el caso de Estados Unidos o España. Es el drama de los latinoamericanos “espaldas mojadas” que desafían restricciones fronterizas (muralla sur de The United States of America) o los africanos que en sus pateras se lanzan al mar en ruta a las Canarias para materializar un futuro incierto o perecer en el intento.
Ahí se recuerdan las proscritas leyes del Gobierno sudafricano que no permitía a los habitantes de las townships (áreas urbanas de la población negra durante el apartheid) salir de ellas sin un pasaporte especial, pero los negros desafiaban tal prohibición porque necesitaban trabajar para mantener a su familia. Y por eso materializan la fábula del inmigrante sin papeles (Sizwe Banzi) que se ve en la necesidad de asumir la identidad de un muerto, sin sospechar que su personalidad quedaría mutilada al tener que compartirla con un fantasma, y la saga del fotógrafo Buntu que cuenta su experiencia en una cadena de producción de la Ford, en el gueto sudafricano de New Brighton. Esas historias se funden en una sola y al final Sizwe la pregunta a Buntu: Un hombre negro, ¿podría no tener problemas? Y el otro le responde: Imposible, el problema es nuestra piel.
El espectáculo se logra -un escenario deslastrado de escenografías aparatosas para materializar el concepto del espacio vacío que predica Brook- con el magistral trabajo de los intérpretes Habib Dembelé y Pitcho Womba Konga, quienes combinan el mimo, la expresión gestual y la actuación cómica, con lo cual la metáfora es obvia: el apartheid o la segregación prosigue contra los que no son blancos, posiblemente ya no en Sudáfrica, donde ya los negros no son extranjeros, sino en otros continentes, donde un pasaporte es la puerta hacia una horrenda vida de explotación. ¡Ahí el teatro está en deuda con la vida misma!

domingo, marzo 23, 2008

Los dìas felices de Dairo Piñeres

Las rocambolescas peripecias del campesino noruego Peer Gynt y su idílico regreso al lado de Solveig, la mujer que amó toda su vida, recreadas fantásticamente en la sala Anna Julia Rojas, por el autor escénico Carlos Giménez y el exultante grupo Rajatabla, le cambiaron la brújula existencial a ese liceísta venezolano. Tenía 16 años y hasta esa larga noche de aquel mayo de 1991 pretendía ser médico o veterinario o químico o quizás hasta sacerdote, porque su familia ha estado cercana a la religión católica.
Dairo Luis Piñeres Chamorro (2 de febrero de 1975) se lo contó todo a su mamá y desde el lunes siguiente no pensó más en ese difícil bachillerato en ciencias. Se entusiasmó por las humanidades y todas las actividades del grupo teatral que comandaba Otilia Docaos en el liceo Gustavo Herrera.“Salí tan impresionado por lo que contaba el dramaturgo Henri Ibsen y la forma impactante como Giménez, durante 270 minutos, había llevado al escenario el periplo de Peer Gynt, que mi único anhelo era aprehender el arte teatral y lograr algún día hacer cosas como las que había visto. Lo que me pasó fue como el rayo que le cayó a Saulo de Tarso en su camino a Damasco y el cambio notable de su vida hasta convertirse en el apóstol Pablo”, lo explica, con esa notable parábola cristiana, 17 años después, cuando ya es todo un personaje clave para la generación del relevo teatral criollo.
El flamante bachiller Piñeres Chamorro ingresó al Instituto Universitario de Teatro (Iudet) y al mismo tiempo hizo los talleres teóricos y prácticos que le impartieron agrupaciones como el Contrajuego y el GA-80. Además se entusiasmó con los Festivales Liceístas J.A. Porte Acero que organizaba el Ateneo de Caracas. Esas experiencias fueron vitales para él y la ambiciosa muchachada que aceptó su guía, porque se erigió en líder de una generación que se había proclamado “la del relevo”. No sabían nada y tenían que aprender cómo formar un grupo, quién lo dirige, cómo se constituye y quiénes lo integran.
“Estábamos locos por hacer teatro y no sabíamos lo que era. Poseídos por esas ganas juveniles de estar en un escenario, de esparcir el ego y nuestra diminuta fama. Decidimos hacerlo y así nació Séptimo Piso y debutamos hacia 1996 con Credit Bill, versión de Los intereses creados de Jacinto de Benavente. La buena gente de Fundarte nos dio 50 mil bolívares para los gastos de la producción y la mostramos en la Sala Carlos Giménez, en el sótano de la Torre Este de Parque Central”.
No se graduó en el Iudet hasta 1999 porque su tesis sobre el teatro hiperealista de Ibrahim Guerra le exigió demasiado tiempo, además ya comenzaba a ser solicitado por actrices y actores para que “les resolviera un montaje”. El trabajo conspiró piadosamente contra su titulo académico, característica de las nuevas generaciones de teatreros del siglo XXI. Desde 1996 al 2008 con su agrupación Séptimo Piso ha escenificado 22 obras y con otras agrupaciones o incipientes empresas culturales ha realizado 57 montajes.
Y como punto notable de su ascendente carrera, ahora monta para la Compañía Nacional de Teatro, nada más y nada menos que Los días felices de Samuel Beckett, que será mostrada en la Casa del Artista durante las primeras semanas de este abril, protagonizada por Diana Volpe. Todo un acertijo donde una mujer enterrada hasta la cintura (más tarde lo estará hasta el cuello) es despertada por un timbre y a partir de ese momento, y con su esposo al lado, ella no dejará de repetir lo feliz que está. “Ha sido una maravillosa experiencia con esta primera actriz y ese texto polisémico”.
Admite que su técnica teatral es la intuición como poesía escénica. Dejar que el artista hable, que utilice su creación. Cuando descubre una obra permite que ella se humanice y se encargue de su guía, que le hable al oído para ver cómo se mueve, cómo habla, cómo se ve en escena. “Creo, pues, en el teatro y lo hago por la eterna libertad que da la escena para crear. Creo en la libertad de los dramaturgos, de los actores, de los vestuaristas, de los escenográfos y de los productores. Y para romper con los paradigmas establecidos es importante la intuición”.
Hervidero de gente
Dairo Luis, nacido del cubano Álvaro Piñeres y de la colombiana Teresita de Jesús Chamorro, cuenta que sus progenitores se instalaron en Caracas, tras conocerse en Cartagena, “Soy hijo único, pero mi papá tiene otro descendiente en Nueva York, donde vive desde hace largos años”. Cree en su patria Venezuela y en sus artistas y, en ese sentido, su trabajo continuará centrando en las nuevas generaciones. No sabe hacer otra cosa que el teatro y advierte que está emergiendo una nueva generación.“Siento algo que está naciendo dentro del teatro joven, estamos viendo unas buenas actuaciones. Hay un hervidero de gente con esperanzas. Espero dejar gente que me releve y que Séptimo Piso vaya más allá de un director, productor o artista. Eso sí, cuando no tengamos nada que decir, prefiero que se acabe, siempre debemos conectar con alguien".

martes, marzo 18, 2008

Directo a la fama en Miami

Otro teatrero venezolano trabaja para triunfar en Estados Unidos y por eso alista el estreno de su espectáculo musicoteatral Directo a la fama, el próximo 27 de marzo en Miami, contando con el absoluto respaldo de un amplio grupo de amigos compatriotas, además de mexicanos, cubanos, colombianos y estadounidenses.
David Chacón Pérez (Caracas, 39 años) explica que su Directo a la fama es la teatralización de un concurso de televisión, un reality show, pero como espectáculo es un dinner show, diseñado al estilo Las Vegas. El público podrá escoger un menú y comer 30 minutos antes de que comience la función, sin embargo, el hecho teatral arranca una vez los espectadores se coloquen ante las mesas, distribuidas frente al escenario. Es un musical, creado con el apoyo de Carlos Puchi, Vinicio Ludovico y Jorge Arronte, donde, además de vivir la experiencia del espectáculo, la audiencia se convierte en la verdadera protagonista. El elenco lo integran: Ismael Cala Jorge Hernández, Laura Termini, Marcos Duarte Melvin Cabrera, Vanesa Ría, Carmen Olivares y Janielle Montalvo, entre otros. Y todo esto se escenifica en el establecimiento The Place of Miami, en el 833 SW, de la avenida 29, gracias a su dueño José Luis Castro.
-¿Por qué ese titulo?
-Desde que comencé mi carrera he visto que mucha gente lidia con aquello del vivir “el sueño americano”. He realizado más de 5.000 audiciones y no dejo de sorprenderme los cientos de personas que tienen el talento inclusive hasta para vivir los “15 minutos de fama”, según la famosa expresión de Andy Warhol. De allí nace el titulo y la línea argumental de mi Directo a la Fama, el cual expresa esa ambición que vemos hoy día en tanta gente que cree que lo puede o lo tiene todo. La historia argumental se desenvuelve a través de estos maratónicos programas de televisión, donde se presentan aquellos que creen tener talento y anhelan convertirse en famosos, paradójicamente en nuestro afamado programa de televisión “Directo a la Fama”, en donde se desarrolla la puesta en escena.
-¿Cuál es el origen del espectáculo?
-Lo escribí y lo registré en el año 2003. Su origen fue la necesidad de poner en práctica lo aprendido en Broadway, pero utilizando las tradicionales canciones de Latinoamérica, sus ritmos que han sido incorporados a las partituras de los grandes musicales. La idea para este montaje surgió de mis padres, auténticos románticos y fanáticos por el bolero, además de ser cantantes. En mi casa se escuchaban tríos, mariachis y serenatas prácticamente todos los fines de semanas. Este montaje es un homenaje para ellos y por eso he escogido muchos temas populares hasta convertirlos en un espectáculo.
-¿Original?
-Justamente allí está el detalle, el libreto es totalmente original. Utilizamos material de otros compositores como matriz y las partituras combinan los temas magistralmente, por ejemplo: logramos una simbiosis entre clásicos como Bésame Mucho y Quien será la que me quiere a mí y trasformamos estos temas en números coreográficos, manteniendo la estructura clásica de los musicales, donde los ritmos melódicos varían sus compases súper dinámicos o románticos o sensuales, ya que las armonías cambian enérgicamente y permiten que el bolero sea toda una auténtica propuesta musical.
Aclara que la originalidad de su producción es gracias a una formula que ya ha sido utilizada en los musicales llevados al cine como Moulin Rouge o recientemente Across The Universe, formatos que permiten contar historias a través de canciones populares, replanteadas en otras perspectivas musicales. “Hemos creado nuevas propuestas pero con canciones ya súper conocidas dentro del contexto artístico que se maneja. Utilizando éxitos de los años 40, 50, 60, 80 hasta la fecha, hemos creado números con el tradicional swing, y el jazz bands, el conservador clímax romántico y la zamba para el gran final”.
-¿Es muy importante la fama para usted?
-Para mí verdaderamente no lo es, pero para mucha gente definitivamente si lo es. Lo veo día a día en todo lo que hago y justamente es allí donde basamos nuestra historia. Luego de realizar más de 5.000 encuestas encontramos que el 60% de los encuestados “si” deseasen ser famosos, sin saber como lo lograrían, inclusive muchos harían lo que fuese para obtener la fama. Otras de las simpáticas ocurrencias en la investigación, es que hemos conocido gente de cierta edad con verdadero talento y sin oportunidades, pero que en Directo a la fama alcanzaran la oportunidad, aunque sea la de los 15 minutos de fama.
-¿Qué haría para ser famoso?
-No deseo de ser famoso o públicamente reconocido, pero si agradezco cuando reconocen mi trabajo y sobre todo me fascina cuando recibo ofertas para dirigir proyectos grandes y con presupuestos. Eso para mí ya es un verdadero reconocimiento. En mi anterior espectáculo musical, Emperadores de la Antártica, manejé un presupuesto de dos millones de dólares y no me hizo famoso, pero si me dio grandes satisfacciones como creador y director.
-¿Lo exhibirá en Caracas?
-Jenny Cedeño, nuestra productora ejecutiva y ya está diseñando, la producción para Venezuela. Trabajaremos con talento local, así que pronto espero que se inicien las audiciones en Caracas y Margarita. Una vez se estrene en Miami, viajaré a Caracas para finiquitar la conversación con nuestro socio quien ya tiene un local reservado para el estreno. Aún no puedo hablar de fechas ni tampoco del lugar, pero aquellos que estén interesados en las audiciones o en el espectáculo pueden dirigirse a la pagina web: http://www.directoalafama.com/.
-¿Hasta cuándo estará en cartelera?
-José Luis Castro, dueño del establecimiento The Pleace of Miami, conoce mi trabajo y me ofreció la oportunidad de crear un espectáculo musical bajo este concepto. El espectáculo se estará presentando solo por ocho semanas desde el 27 de Marzo en ese restaurante sala.
-¿Quién es ahora David Chacón Pérez?
-Salí de Venezuela en el año 2001, luego de una desagradable experiencia en el canal RCTV. Eso me permitió reflexionar y emprender otro proyecto. Me mudé a Nueva York con la intención de seguir formándome como director y obviamente interesado en entrar a la maquinaria teatral de Estados Unidos. Visité Miami, donde ni siquiera había estado de vacaciones y conocí el maestro Pedro Pablo Peña, quien es fundamental figura para la cultura de esta ciudad, y al actor Aarón Hill, el famoso “Gringo” de la televisión, quien hoy día es nuestro productor ejecutivo, socio y amigo. Juntos iniciamos infinidades de proyectos hasta que con mis socios, Peggy Olin, Carlos Salazar y otros inversionistas, abrimos el Miami Globo Theater, inolvidable sala en la Calle 8, que lamentablemente cerró sus puertas en el 2006, dejándonos la mejor de las experiencias y sobre todo abriéndonos otras oportunidades.
Agrega que durante estos años de trayectoria valoró el mercado de la industria del entretenimiento en español en Estados Unidos, razón por la cual decidió integrarme al sector cultural de Miami para invertir todos estos años de trabajo y los que vienen, “ya que auque sea lento y difícil el competir con tantas nacionalidades, centro comerciales y los cruceros, nuestros espectadores adoran al teatro, lo apoyan y cuando les das un buen espectáculo, asisten y riegan la voz. En octubre del 2006 fui invitado a dirigir en Ciudad de México y luego en Cancún. Viví increíbles e inolvidables experiencias como director y creador, lo cual además me permitió experimentar en ese nuevo mercado. Tomando en cuenta que la población mexicana si asiste a las salas de teatro, decidí que aunque siga siendo un arduo trabajo el mover las masas al teatro en Miami, continuare mi carrera en esta ciudad, donde no sólo hemos sido reconocidos por el público y el gobierno de Estados Unidos”.
“Pertenezco a Stage Directors & Choreographers Foundation" de Nueva York, empresa que se dedica a establecer relaciones entre productores y creadores. Esta organización no sólo mercadea nuestro trabajo, lo protege legalmente. Juntos hemos logrado los derechos de la comedia romántica Mixed Emotions o Emociones Encontradas del escritor Richard Baer, pieza que estrenaremos a mediados de año y con la que iniciaremos el nuevo proyecto de producir con dos elencos y ofrecer al público hispano y también el angloparlante. Con esa producción inició otra etapa profesional ya que introduzco mi trabajo en el mercado anglo con la intención de abrirnos las puertas ya que traduciremos conocidos textos de autores latinoamericanos los que serán incluidos en nuestra programación”.


Nuevo teatro criollo en San Martín

Algunos teatreros delirantes predican que “el teatro venezolano está en crisis”, “llegó el apocalipsis” y otras zoquetadas. Es verdad: lo que agoniza es lo que ellos hacen, ese teatro que se olvidó del público y está concebido para grupúsculos que se identifican con “exquisitas” audiencias foráneas. Basta revisar las carteleras de fin de semana de los periódicos caraqueños donde hay entre 10 y 15 espectáculos para adultos o niños, lo cual indica que los muertos que ellos matan gozan de buena salud. Que ese teatro no sea el apropiado o el mejor del planeta es otra cosa, pero es que son los teatreros los que deben cambiarlo o acrecentarlo y el papel de los gobiernos es apuntalar las propuestas que procuren su desarrollo.
Para los que no crean que el teatro criollo está sepultado los invitamos a que acudan al viejo edificio de la Lotería de Caracas, en el cruce de la avenida San Martín y el puente 9 de Diciembre, en Artigas, donde, desde hace 15 años, funciona el Teatro San Martín de Caracas (TSMC), gracias a la gerencia del dramaturgo y director Gustavo Ott (45 años). Un espacio, con dos salas, convertido en la mejor ventana para degustar lo que pasa en las artes escénicas emergentes, tanto venezolanas como foráneas. Son escenarios y plateas donde pululan proyectos auténticamente creativos y siempre hay espectadores. ¡Es un auténtico teatro de la comunidad!
Ahí en estos días se presenta el espectáculo Comegato, escrito y dirigido por Ott, con la participación de los comediantes Rubén León, Verónica Arellano y David Villegas. Se trata de la reposición de la pieza estrenada hace diez años y donde sólo han reemplazado a Fernando Then, quien ahora trabaja con el Teatro Repertorio Español, en Nueva York. ¡Exportamos talentos, además de mujeres, telenovelas y petróleo!
Comegato es la saga de dos hermanos, David (Rubén León), trabajador de una bomba de gasolina y empedernido jugador de caballos, y “Comegato” (David Villegas), delincuente de ocasión, que se enamora de Natalia (Verónica Arellano), la esposa de David. Aparentemente es una ficción sobre esas traiciones que abundan, pero la pieza se torna sociológica, en medio de un contexto social altamente explosivo, y revienta con una crítica a la superficialidad de una sociedad que no asume compromisos. Es una predica contra las traiciones: la filial, la conyugal y la del país que se cometen todos los días sin que a nadie le importa o diga algo. ¡Es un alegato moralista como pocos se ven en los escenarios criollos!
Pero más allá de esta obvia propuesta ideológica de Ott, hay que resaltar su técnica, ya que en la pieza se juega con el tiempo: comienza en un futuro posible y va retrocediendo hasta el presente, cuando se inicia todo el enredo de esa saga romántica con final trágico. Es un atractivo experimento dramatúrgico que de alguna manera recuerda a la estética televisiva y cinematográfica, lo cual es muy bueno, ya que las artes escénicas todas se deben alimentar para conseguir espectadores, que es el fin último de tan maravillosa expresión artística y cultural. Es una forma diferente de contar y lograr una diversión en la escena. Además de proponer un discurso crítico, algo que los otros dramaturgos venezolanos evitan y se tornan banales sin saberlo, que es lo peor.
Y este montaje funciona, tal como lo disfrutó el público, y en especial por las caracterizaciones de ese elenco de lujo. ¡En San Martín el nuevo teatro venezolano vive!

domingo, marzo 16, 2008

El legado del fotógrafo Miguel Gracia

"Tengo cáncer al pulmón, pero de esto no me muero. Y no lo juro por Dios porque no soy creyente, pero gracias a mis médicos, quienes desde el pasado diciembre me están tratando con radiaciones y quimioterapia, además de los cuidados de Pili, mi mujer, y de mis hijos, saldré de este momento difícil y podré seguir fotografiando a mis artistas hasta que tenga salir definitivamente de escena".
Así, primero por teléfono y después en persona, Miguel Gracia (Zaragoza, España, 8 de agosto de 1931) habló, sin dramatismo alguno, de su delicada enfermedad que desde finales del año pasado lo ha alejado de los teatros y otros espacios artísticos venezolanos, a los cuales, desde los años 60, convirtió en sus lisas para trabajar con su silenciosa cámara Leica. Y es por eso que ahora puede hablar muy satisfecho de su gran legado gráfico para la historia de las artes escénicas, tarea de lujo por lo cual el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, previa calificación de un jurado, le adjudicó el Premio Nacional de Fotografía 2006.
Parafraseando a Rodolfo Santana, podemos señalar que para fortuna del teatro y la danza de Venezuela existe este Miguel Gracia, quien llegó a Caracas en mayo de 1958 y se quedó para formar un hogar con la madrileña María Pilar Blanco (Pili) y procrear a Miguel (1972) y Javier (1973), y además dedicarse de lleno a la fotografía de las artes escénicas, hasta constituir un inmenso y valioso archivo de no menos de 4 mil reseñas gráficas de las obras y las más exquisitas coreográficas presentadas en Caracas y otras ciudades de esta tierra de Gracia.
Él no necesitó de alientos o estímulos especiales y se convirtió en “el ojo avizor y con sacrificios, saltando obstáculos, persistió en su intención sin que nada lo apartara de esa vereda repleta de escenarios hirvientes, de testimonios escénicos. Una ruta que, al igual que el Camino de Santiago, construyó un logro y un encuentro consigo mismo”.
No niega que aquí en Caracas se hizo fotógrafo, porque antes era joyero. Le enseñaron a revelar, a moverse entre los ácidos y las luces, además de las cubetas del indispensable laboratorio, para hacer posibles unas imágenes testimoniales que pasaron a la fundamental cronología de las artes criollas. Nadie le enseñó a tomar fotos, tampoco nadie le dijo como tomarlas mejor. Asegura que tuvo pocos errores, porque sus trabajos iniciales en teatro y danza sirven.
Él, que si está preparado para todo, nos enfatizó que no quiere deshacerse de su archivo y por eso lo deja a su familia, especialmente a su Pili, que es la celosa guardiana o cuidadora del mismo, para hagan con lo que les parezca y reitera que no hay nadie mejor que ellos para conservarlo. “El Estado nunca me lo ha querido comprar, pero yo tengo la suerte de que mi hijo Javier (el más pequeño, pero el más alto) ha seguido mis pasos y está haciendo un buen trabajo fotográfico. Puede ser que algunas personas que tenga dinero me lo pague al precio que yo lo ponga, pero nunca reconocerán el valor que le hemos dado nosotros, porque para mí ha sido mi vida o parte de ella, además de todo el cariño que he puesto en cada de esas fotografías. Porque he ido al teatro no ha trabajar sino a ver lo que hacían esos artistas. Seres que han reconocido mi trabajo sin chistar”.
-¿Cuántas obras ha fotografiado?
-Tengo unas 2.840 piezas teatrales. La primera es El conserje, de Harold Pinter, dirigida por Daniel Izquierdo; la hice en el Teatro Leoncio Martínez, ya desaparecido, en 1966. La más reciente es La Celestina, de Fernando de Rojas, puesta en escena por José Simón Escalona, en el Teatro Alberto de Paz y Mateos, el 27 de julio de 2007. En la danza comencé en 1969 y capté las coreografías del ballet de Nina Novak y he llegado hasta una hermosa serie de la Compañía Nacional de Danza, el 15 de septiembre de 2007. Tengo unas 1.042 danza y bailes. También hice unas series sobre personajes del teatro, la danza y las artes plásticas. Cuando tenga más fuerza en mis piernas volveré al teatro con mi Leica. ¡Te lo juro!
Crítico con Leika
Nos tocó compartir espectáculos y eventos notables con Miguel Gracia, como aquel festival en Valencia, en los años 70, cuando Armando Gotta y Miguel Torrence marcaban la pauta del buen teatro criollo. En ocasiones hasta discrepamos sobre la importancia de tal o cual montaje, pero sus agudos comentarios nos obligaron a volver a ver aquellos que habíamos encontrado deficientes, pero que él exaltaba por detalles “como aquella iluminación” o “ese movimiento”. En fin, es el único crítico teatral que no escribe sino que toma fotos y por eso también participó en aquel círculo de criticones que el inolvidable Ras dirigió en años pretéritos. Y no se puede ignorar que El teatro venezolano visto por Miguel Gracia (1966-2001) es uno los libros obligados para quienes pretendan reseñar en serio la saga de tal disciplina en este país.

martes, marzo 11, 2008

La vigencia de Mariela Romero

El teatro nació cuando el hombre decidió contar o explicar experiencias propias o soñadas y tuvo ante sí a sus congéneres para que las escucharan y las imaginaran. Desde entonces es la más auténtica manifestación de la inteligencia humana para transmitir informaciones y sentimientos. Muchos han intentado destruirlo o silenciarlo, pero ha sido imposible y por eso siempre está renaciendo, más fuerte, más agresivo y además más temible. Y tal es su grandeza que se ha transformado o servido de materia o plataforma básica para desarrollar primero el cine y después la televisión, quienes serían sus hijos. ¡Que algunos lo utilicen para el mal es otra cosa!
Solamente la extinción de la humanidad podrá decretar la muerte del teatro, pero mientras se asoma ese momento aquí en Caracas las representaciones no se han detenido y es por eso que en el minúsculo teatrino del Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas (salida sur del Metro Bellas Artes) se presenta un montaje que Luis Alberto Rosas realizó didácticamente con El inevitable destino de Rosa de la Noche, de Mariela (Ibarra) Romero (Caracas, 1952).
Más conocida internacionalmente en estos tiempos por sus telenovelas, unas 34, entre adaptaciones y plausibles creaciones, Mariela Romero debutó como autora teatral hacia 1967 con Algo alrededor del espejo, pero es durante 1976 cuando irrumpe con El juego, merecedor de un premio del Ministerio de Justicia. Ahí, precisamente muestra a dos mujeres que para superar miserias existenciales optan por una serie de acciones lúdicas que culminan aparatosamente. Tiene, además de la obra que Rosas hizo espectáculo, otros textos como Este mudo circo, El juego de los vampiros, El cáncer es curable no lo malgaste, El vendedor y Esperando al italiano (dos de sus éxitos de taquilla), además de El regreso del Rey Lear. Pero en todas esas piezas reitera las constantes que la caracterizan: el mundo femenino en lucha contra complejos contextos machistas y los conflictos socioeconómicos donde están envueltas sus heroínas o antiheroínas.
Su teatro, como lo demuestran Rosas y sus actores, mantiene su vigencia. Se trata de un melodrama sobre un terceto de indigentes que luchan para sobrevivir en medio de una sociedad que los excluye o persigue. Ahí se materializan a los desposeídos Pedro y Juan, resueltos por Diego León y Javier Figueroa, quienes asaltan y conocen a Rosa (encarnada por Karla Fermín), prostituta decadente que se transforma en musa para esos desvalidos y desata una confrontación, preñada de obvio erotismo, que culmina trágicamente. ¡El teatro copia crudas realidades!
Este montaje, limitado en su planta de movimientos por el espacio escénico, y la dirección de actores, demuestran un intenso y laborioso trabajo de Rosas hasta obtener un producto de calidad artística, conseguido además con mínimos recursos. Es notable la aparición de esos tres jóvenes comediantes, quienes demuestran su sólido proceso de capacitación, adelantado en diferentes instituciones caraqueñas.

En tres escenarios se decide futuro del Theja

El martes 12 perdió a su papá José Simón Escalona Ibarra (80 años) y tres días después recibió una perentoria carta del Conac para desalojar el Teatro Alberto de Paz y Mateos antes del próximo 19 de abril, edificación que ocupa desde hace 19 años. Esa semana del febrero de 2008 nunca la podrá olvidar el artista José Simón Escalona Acosta (Ciudad Bolívar, 14 de mayo de 1954), porque hundió los pies en la tierra y se despertó ante la dura realidad cotidiana.
Mesa de dialogo
Escalona, o Chao, reveló que tiene tres escenarios o situaciones para definir la presencia de su agrupación, el Theja, en la sala Alberto de Paz y Mateos, cuyo propietario es el Estado:
-Hay un primer escenario que es irnos del Teatro, pero no antes del 19 de abril, porque esa es la gran ventaja que tenemos en estos momentos, gracias a que el ministro Francisco Sesto suspendió la orden perentoria del Conac y nos invitó a integrar una “mesa de diálogo” para encontrar una solución. Nosotros creemos en el diálogo como herramienta importantísima. -Creemos que conversando se pueden entender las personas sensatas. Y es mucho más efectivo que la confrontación, sobre todo cuando somos artistas y tenemos que buscar el equilibrio y la armonía, que al final de cuentas son los principios del arte y el concepto básico de la belleza. Creemos que la gente dialogando puede entenderse y evitar las confrontaciones, sobretodo cuando los bandos están integrados por artistas y funcionarios, todos rectos y ceñidos a las normas.
-Dentro de esa mesa de diálogo, propuesta por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, hacemos algunas hipótesis. Una muy optimista es que el ministro Sesto realmente acepte que el grupo Theja es una asociación civil y sin ánimo de lucro y decida así avalar el proyecto que tenemos en marcha. Somos una institución de principios culturales y sociales que hemos desarrollado y aplicado a lo largo de 35 años. Esa puede ser una solución que beneficiaría a todos. Seguiremos haciendo nuestro teatro experimental o de búsqueda. Hacemos un teatro de arte que va a los ambientes populares y que además viaja al interior de la república y que se presenta en cualquier espacio que amerite. Además en este espacio teatral se puede albergar y presentar a cualquier agrupación de la provincia o de Caracas, tal como lo hemos hecho durante todos estos años.
-El segundo escenario es muy pesimista porque tenemos que dejar al Teatro Alberto de Paz y Mateos en el momento en que se venza el comodato: el 16 de septiembre de 2009. Sin embargo, para ese escenario, le hemos planteado al ministro Sesto que sino contamos con el apoyo financiero del Estado para continuar hasta esa fecha, es imposible asumir ahora nuestras actuales tareas culturales, porque tendríamos nosotros que lanzarnos al neoliberalismo salvaje, dejar de hacer teatro cultural y tendríamos que comercializarnos, desechar el teatro popular y elevar el costo de las entradas, que actualmente están por debajo de los diez bolívares fuertes. Además, no se podrían hacer funciones gratuitas para los vecinos y otras instituciones. Para poder continuar con nuestra tarea popular necesitamos de la ayuda del Estado.
-Necesitamos, pues, ese apoyo financiero del Estado en todo un año, porque los costos de nuestros programas son aproximadamente de mil millones de bolívares o un millón de bolívares fuertes. Y lo que hemos recibido, desde un principio, desde el Conac y después del ministerio, está por el orden de 170 millones de bolívares por año. Nosotros con ese dinero hemos cubierto lo básico del mantenimiento del Teatro y para nuestras otras actividades tenemos que buscar el apoyo del sector privado, bien sea para la revista Emporio Theja, los montajes, los talleres, las giras, etcétera. No podemos hacer inversiones en la infraestructura porque no tenemos el dinero suficiente ni tampoco un comodato a un lapso mayor. Esos costos mínimos son para nosotros imprescindibles porque mantienen el perfil de asociación civil sin fines de lucro, el perfil de un teatro de arte y de interés social auspiciado por el Estado, tal cual lo hemos realizado durante siete lustros.
-Nosotros, en un tercer escenario, no estaríamos aquí solos, compartiríamos los espacios del edificio y la programación de la sala con los programas oficiales. Pero para continuar con ese trabajo más ampliado y con más gente requerimos de un comodato más amplio y un apoyo más generoso por parte del Estado.
Escalona dijo que “el ministro Sesto visitó las instalaciones teatrales, ya que quería ver como estábamos trabajando. Vino, recorrió todas las instalaciones y vio todas las agrupaciones que aquí laboran, desde las nueve de la mañana hasta las diez u once de la noche. Quedó encantado ante lo que presenció y gratamente sorprendido por nuestra apertura al diálogo”.
-¿Hubo un acuerdo en esa primera reunión?-No, quedamos de seguirnos reuniéndonos y es posible que esta semana se reanuden los diálogos, ya que el ministro ha tenido una agenda muy complicada por sus múltiples compromisos. De acuerdo a sus formulaciones o recomendaciones, nosotros tomaremos nuestras decisiones. Pero sino se definen los lapsos y tampoco se garantiza el apoyo financiero, nosotros en el Theja no podemos iniciar la programación 2008 como tal. Estamos a la espera de cual de los tres escenarios es el que se adopte. Mientras tanto estamos haciendo inventarios por si nos toca irnos definitivamente, y además preparamos un programa para festejar nuestros 35 años de labores teatrales.

domingo, marzo 09, 2008

Carlos Màrquez cuenta toda su historia

El próximo 19 de abril cumple 82 años. Y admite que no se arrepiente de nada de lo hecho. Y para cuando le llegue la hora del mutis definitivo quiere tener las botas puestas, como lo hicieron varios de los personajes que ha encarnado desde la década de los 40, aunque aclara que no hay final ni principio, sino que todo se transforma tal como la aprendió con sus hermanos rosacruces.
Así lo piensa y lo cuenta el primer actor del teatro, el cine y la televisión Carlos Márquez Capecchi, quien regresa a la pantalla de RCTV Internacional gracias al unitario La pensión Amalia, basado en la telenovela original de Salvador Garmendia. Ahí encarna al personaje Elbano, recio millonario y hombre de mundo. “No es una figura muy relevante, no es un protagonista, sino un segundón; pero yo lo hago como si fuese el más importante, porque es lo que he aprendido a lo largo de mi carrera”.
La memoria le permite hilvanar su saga actoral, la cual arranca a los 17 años, cuando conoció los secretos del teatro en el viejo Ateneo de Caracas, en la otrora casa de Andrés Bello, en la esquina Las Mercedes. Manuel Rivas Lázaro lo inició y continuó su aprendizaje en el Centro Venezolano Soviético, donde estaba César Henríquez, y después en el Taller Libre de Arte con Elías Marcheli, durante el montaje de El paquebote de Charles Vitrac. Pero su deambular se detuvo al vincularse a la escuela de Juana Sujo, en los años 50. Ahí conoció a la legendaria actriz argentina, después se desposaron y vivieron felices hasta que ella “se fue de gira”, el 11 de julio de 1962, a los 44 años.
“La conocí porque un amigo, Elisaúl Peraza, me encontró en la plaza de San Jacinto y me dijo que fuese a los estudios de Bolívar Films, donde para ese entonces funcionaba la escuela de Juana, porque la italiana Mara Poeta ensayaba la pieza Detective history. Y así ocurrió y ahí encontré a Fernando Gómez, Paul Antillano, Esteban Herrera y Alberto Castillo Arráez, quienes también participaban, pero nunca se estrenó ese espectáculo; me quedé ahí y dos años más tarde debuté, como profesional, en el Teatro Municipal con Los muertos sin sepultura de Jean Paul Sartre. Lo he dicho siempre y lo repito ahora, que Juana me formó en lo humano, en lo intelectual y en lo artístico”. Reconoce que no lo aprovechó todo por su inmadurez, pero sería años más tarde, cuando se vinculó al rosacrucismo, que pudo comprenderlo todo y aprehender otros estadios del conocimiento.
Como su memoria lo puede traicionar y para que la historia de su marcha artística no se pierda y se cuenten cosas que él no hizo, tiene lista la publicación de su autobiografía, donde está toda la información sobre su dilatada carrera profesional, desde 1952 hasta 2008, inclusive. Ahí figuran las fichas técnicas de la pieza de Sartre hasta el monólogo de José Antonio Rial, Un hombre de otros tiempos; no menos 40 espectáculos teatrales; también lo caracterizado en televisión y cine, decenas y decenas de trabajos. Ese libro tiene unas 220 páginas y en la portada hay una fotografía suya, tomada en el Teatro Los Cedros, durante el montaje de la pieza Ha llegado el inspector de John B. Priestley. Una autobiografía, con abundantes gráficas, sobre una vida artística de lujo, además con datos fieles, no tan conocidos, como sus dos primeros matrimonios (Juana Sujo y Adilia Castillo) y el tercero con la cantante Dolores Beltrán. De esas tres bodas no tiene descendencia, aunque procreó una hija que ya lo hizo abuelo en tres oportunidades."Mi nieto mayor tiene varios años en París”.
Lamenta que ahora no pueda estar al mismo tiempo en un escenario teatral y en un set de televisión, como antes, y además acudir a la universidad, como lo hizo a los 60 años para estudiar en la UCV y obtener una licenciatura en artes escénicas. Se cansa, como es natural, pero lo que nunca olvida es acudir a una edificación en la parroquia Candelaria, donde están sus hermanos rosacruces, a quienes conoció, hace más o menos unos 40 años, gracias al cantante Rafa Galindo. “Estoy feliz de todo lo hecho y de lo que todavía puedo hacer”.
Filosofía de vida
Carlos Márquez Capecchi, nacido en Guanoco, estado Sucre, y caraqueño desde los nueve años, no reveló las claves de las enseñanzas rosacruces, porque no es su vocero autorizado, aunque recordó que se trata de una filosofía de vida, la cual permite el desarrollo interior del hombre y al mismo tiempo enseña al desprendimiento de lo material. No propone temas meramente especulativos que no tengan una aplicación práctica para el mejoramiento de la vida de sus practicantes y también para ayudar a otros como vivir mejor. Revela cómo los seres humanos tienen un caudal inmenso de energía y de potencialidades que habitualmente desconocen. Y recomienda aprovechar el inmenso potencial de la mente para librarse de las tensiones, conceptos erróneos y enfermedades mentales. La orden Rosacruz fue fundada, hacia el siglo XV, por Christian Rosenkreuz. Para algunos estudiosos el rosacrucismo suele denominársele como cristianismo esotérico.





jueves, marzo 06, 2008

Los dioses del sur premiaron a Vicente Lira

Vicente Lira es un intelectual caraqueño, de 50 años, que no le tiene miedo a la polémica y por eso reitera que el teatro como expresión dramatúrgica es literatura y rechaza esa permanente exclusión que se le hace a tan importante base de las artes escénicas o sea “al texto literario que se utiliza para crear un espectáculo audiovisual”.
Lira se asoma a esta polémica precisamente cuando la empresa estatal Monte Ávila Editores Latinoamericana le editó su obra teatral Los dioses del sur, la cual además ganó el concurso de dramaturgia del grupo Rajatabla, cuyo premio será la representación y su respectiva temporada en la sede de dicha agrupación, a partir del venidero mes de abril.
Dice que existe la mala costumbre de “no querer entender que los procesos que definen un género literario dependen de las características propias del mismo, por lo que su valor está dentro de ese contexto y no dentro de otro género. Existe la tendencia a sobrevaluar la narrativa, la poesía, o la dramaturgia, partiendo de quien haga la crítica y no por los aportes obtenidos en el género dentro del género. No tiene mucho sentido criticar por comparaciones de volumen o cantidad de metáforas o tipo de construcción. Cada uno de ellos tiene sus características propias, y lo que corresponde a la forma como debe producirse responde a estudios propios en cada uno. Si alguien cree que porque escribe narrativa y ha sido reconocido, podrá escribir poesía y dramaturgia y ser reconocido igualmente, creo que esta cometiendo un error un poco ingenuo. Es necesario saber conectarse con el género con el cual se quiere trabajar con el objeto de evitar, sin intención, trasladar a un género las características de otro con el cual el autor se sienta más identificado”.
-¿Por qué el teatro y no la narrativa como pasiones culturales?
-A nivel literario no estoy completamente seguro de haber definido un camino a seguir si es que realmente debe existir algún camino cuando se es escritor, es decir, si uno debe definirse hacia un género específico o no. Es cierto que un autor debe sentirse más cómodo en un género literario que en otro, por lo menos a mi me ocurre con el teatro cuando lo confronto con la narrativa o con la poesía, pero prefiero no pensar mucho en eso y seguir con un proceso de experimentación y decantación que me permita recorrer la narrativa, la poesía y el teatro, disfrutándolo, frustrándome o emocionándome, precisamente porque existe esa comodidad o incomodidad. Por suerte -quizás también más por insistencia- he logrado encontrar a personas que de una u otra forma comparten las mismas inquietudes que yo y puedo mostrarles los resultados de mis trabajos, y recibir sus observaciones, las cuales mientras más objetivas más efectivas. Pienso que lo que ha ocurrido conmigo y la dramaturgia ha sido el resultado de una serie de acontecimientos que me han permitido mostrar más lo que he logrado con la dramaturgia que lo que puedo haber creado en cuento o en poesía, sin embargo, no creo que sea una razón lo suficientemente fuerte como para dirigir todos los esfuerzos hacia teatro –aunque también es cierto que si han sido lo suficientemente fuertes como para motivarme a escribir más dramaturgia que otro genero.
-¿Logros en la narrativa?
-He quedado finalista en dos concursos de cuentos, ambos en España. He publicado cuentos y poesía en la página web de Texto Sentido. También he formado parte de tres libros de los talleres de Las Voces Nuevas del Celarg (en narrativa y poesía). Dicté un taller de cuentos en Barcelona, España. Tengo dos novelas escritas y un libro de poesía, los cuales estoy revisando con un grupo de amigos conocedores del tema.
-¿Cuantas obras teatrales y cuantas premiadas?
-Tengo escritas cuatro obras más o menos extensas: dos de las cuales están premiadas. Y las otras dos estoy revisándolas. Estas son: Las tumbas son pa´ los muertos (Premio Chela Atencio), Los dioses del Sur (Premio Monte Ávila y Premio de Rajatabla en homenaje a Gilberto Pinto), Quince minutos antes del exilio y A la manera de Oporto. Además de esto tengo escritas cuatro obras cortas, bajo un proyecto que denominamos Dramática Iberoamericana para realizar lecturas dramatizadas.
-¿Donde están las satisfacciones?
-Lo que se siente en la dramaturgia debe ser muy parecido a lo que se siente en la narrativa si la obra es llevada al cine. Aunque con el teatro me ocurre algo que no me ha presentado en la narrativa y es el hecho de que no puedo dejar de sentirme identificado con los personajes que desarrollo. Imagino que debe ser porque los diálogos te hacen acercarte más al personaje porque necesitas transmitir una sensación que permita una identificación inmediata con el espectador. Vi todas las representaciones de Las tumbas son pa’ los muertos y cada vez me sentía más identificado con lo que quería decir. Quizás en algún momento deje de ocurrir, pero por los momentos no se ha dado y no tengo la menor intención de evitar que ocurra.
-¿Qué prepara?
-Tengo dos teatros: uno sobre José Antonio Ramos Sucre y otro relacionado con santería y vudú. Estoy revisando un poemario: Poema Mecánicos. En puliendo estoy revisando un cuento Per-peraa Kami, muy largo. En cortometraje intentamos convencer a unos amigos para que filmemos un corto basándonos en mí cuento Mejorando la casa; la historia los ha convencido, falta saber hasta donde llegaremos con las buenas intenciones.
-¿Qué recomendaciones hace a los directores de sus obras?
-Que sean libres de hacer lo que se les ocurra. Mientras uno esté vivo y pueda observar el montaje uno como dramaturgo puede saber que reforzar, modificar, quitar, o simplemente que ignorar sobre la base de la puesta en escena realizada por el director. Un montaje es un hecho temporal (que te estremece como dramaturgo, pero hecho temporal a fin de cuentas) y básicamente es un punto de vista que puede acercarse o alejarse del texto, dependiendo de la empatía que sienta el director con el texto.
-¿Puede repetir el cuento de la obra premiada en Rajatabla?
-La idea es mostrar, en tono de tragicomedia, cómo se juega y se trafica con la muerte en un cementerio, cómo vale más la trampa que la verdad y cómo están definidos estos personajes que logran que nos veamos transformados en simples marionetas de un juego burocrático, pero estableciendo nexos con la mitología griega sin que esto tenga que se un factor que genere ruido en el espectador. Sería entonces mi versión del dios y del mito griego arraigado en la realidad latinoamericana en donde un dios puede ser una actriz famosa, las Moiras dos viejas chismosas amantes de la lupe y las telenovelas, en donde una maquinita de baterías que deja caer agua incesantemente puede representar la laguna estigia, y un cargador de tierra en un cementerio puede ser Sisifo. Un lugar en donde todas las caras que juegan a engañarnos son las mismas.
-¿Hay estímulos para escritores y dramaturgos?
-Si decimos que “escritores” implica poetas, cuentistas, novelistas, ensayistas, etcétera, puedo indicar que en este momento hay más estímulos para los escritores que para los dramaturgos. Hace poco se creo un premio que parecía ser la panacea para el dramaturgo venezolano, ofrecía 30 mil bolívares fuertes como premio, pero se entregó una vez y no volvió a convocarse. Un galardón de esa envergadura podría lograr que un dramaturgo definiese un plan de trabajo por un año o dos, dependiendo de sus necesidades, pero simplemente se dejó de realizar. Para un dramaturgo es bastante cuesta arriba vivir de su arte, pero como dice mi amigo Juan Ramón Pérez que colocaré entre comillas aunque no es literal: “hay que seguir luchando, porque proponemos un sueño”. Hay que seguir y vencer en muchos casos por volumen de logros y calidad. Finalmente: gracias a Gerardo Blanco y a Mónica Montañés: ¡Seguimos… se les quiere! A Rodolfo Santana: Sensei, extraño masoquistamente sus críticas.

Kaufman lleva su Beethoven a Broadway

Por ahora Moisés Kaufman tendrá que esperar. Ninguna institución oficial o privada lo ha invitado para hacer un espectáculo teatral en su terruño venezolano. Mientras tanto él prosigue con su personal diáspora en Nueva York, a donde marchó en 1987 para estudiar teatro, pero diez años después fue catalogado como "uno de los 10 personajes que había logrado transformar el ámbito cultural de Estados Unidos de América, en aquel año 1997", tal como lo reseñó The New York Times.
Moisés (Caracas, 21 de noviembre de 1963) disfrutó más de 15 minutos de gloria en Caracas, durante el XVI Festival Internacional de Teatro 2006, al presentar en la sala Anna Julia Rojas, su premiado espectáculo I Am May Own Wife, texto de Doug Wright que él versionó y dirigió para la temporada 2002 de Broadway, sobre la melodramática saga de un transexual alemán.Soñaba con retornar a su ciudad natal para hacer una versión en castellano de esa pieza y además disfrutar de las playas del Litoral Central, pero al final los productores no concretaron la invitación. No obstante, prosiguió investigando en su poética teatral y es por eso que entre agosto y septiembre de 2007 estrenó e hizo una exitosa temporada, en el Arena Stage de Washington D.C. con su más reciente montaje 33 Variations, cuyo gran personaje de fondo es Ludwig van Beethoven (1770-1827), la cual ahora presentará en San Luis, durante el mes de abril, pero a finales de año estará en Nueva York, donde además dirigirá la ópera El gato con botas, del español Xavier Montsalvatge. ¡El norte no ha sido una quimera para este hijo de judíos sobrevivientes del Holocausto!
Aunque ha manifestado en repetidas ocasiones sus deseos de regresar al terruño para dictar sus talleres sobre dramaturguia y dirección y hasta eventualmente hacer un montaje, estamos seguros de que ahora no piensa en otra cosa que en su apretada agenda de trabajo con la agrupación Tectonic Theater Project, fundada en 1992, su "máquina de hacer teatro", con la cual ha creado, entre otros, tres espectáculos que lo colocaron en la órbita de la nueva estética teatral estadounidense. Gross Indencency: The Tree Trials of Oscar Wilde (1995), The Laramie Project (2001) y I Am May Own Wife (2002), le dieron premios, nominaciones, dólares y prestigio, que son materiales con los cuales elaboró un impactante pasaporte artístico que le abre todas las puertas de los productores públicos o particulares que apuntalan sus ambiciosos proyectos creativos, como este 33 Variations.
TEORÍA Y PRÁCTICA
El triunfo no lo ha envanecido todavía y es por eso que se niega a hablar de "claves" o "secretos" para el oficio teatral exitoso, pero revela que tiene dos anclas o nortes que lo han guiado y lo guiarán siempre. El primero es seguir indagando: ¿qué es el teatro? ¿cómo contamos cuentos en el escenario? ¿cuál es la magia del arte escénico y qué cuentos se benefician de ser contados desde un escenario? “Estas preguntas nos llevan un cuestionamiento formal: ¿cómo logramos que el teatro, en un mundo contemporáneo que está en las manos del cine y la televisión, mantenga un diálogo con el riguroso planteamiento estético? Creo que mucho de nuestro trabajo tiene resonancia porque sigue un riguroso planteamiento estético. Y la segunda razón es que los temas que trato de abarcar deben permitirnos dialogar con un público de hoy. Necesito que el material al cual nos dedicamos sea válido en nuestro momento histórico. Esas dos anclas han sido los fundamentos de mi trabajo y de mi organización".
Las palabras de Moisés Kaufman sobre su estética están corroboradas por lo mostrado sobre el escenario. Buscó temas que atrajeran al público y lo hizo con la etapa trágica de Oscar Wilde, así también investigó la sórdida tortura y crucificixión del joven Matheus Shepard y la rocambolesca vida del travestí Charlotte von Mahlsdorf (Lothar Berfelde en la vida real). Tres homosexuales en tres épocas y tres diferentes países, son los protagonistas de esa trilogía que lo catapultaron porque el público los "devoró" e incluso uno, The Laramie Project, se llevó al cine y está ahora en las videotecas y es símbolo de esa América oscura, excluyente, que está ahí, agazapada, para dar otro zarpazo cuando menos lo espere la gente.
BEETHOVEN EN ESCENA
¿Cómo hizo ese espectáculo sobre Beethoven, ahora en transito hacia Broadway, la gran meca del teatro estadounidense? Desde el 2004 ha estado trabajando en su proyecto dramatúrgico de 33 Variations y por eso llevó un borrador al taller de dramaturgia del Festival Sundance, en Utah, convencido de que debía escribir un definitivo texto teatral no para reproducir una simple anécdota histórica sino para atrapar una compleja etapa de la vida de Beethoven, no tan estudiada exhaustivamente, y proponerla como ejemplo para todos aquellos creadores que pretendan claudicar ante obstáculos externos e internos.
Por eso exploró las circunstancias y el proceso creativo de las partituras de Diabelli Variations de Beethoven. No hay que olvidar que en Viena, hacia 1819, el editor musical y mediocre compositor Antón Diabelli (1781/1858) decidió publicar un volumen de variaciones sobre un vals que escribió expresamente con ese fin y solicitó las respectivas variaciones a 50 compositores. Schubert, Franz Liszt y Johann Nepomuk Hummel, además de Carl Czerny, lo hicieron. Pero Beethoven, casi sordo y totalmente desinteresado al principio, se obsesionó con el tema y en lugar de ofrecer una sola variación, dio 33, las cuales fueron publicadas en un solo volumen en 1824. Éstas constituyen una de sus obras más grandes para piano y el más importante conjunto de variaciones de su tiempo, conocidas simplemente como Diabelli Variations.
También en su borrador inicial creó un personaje contemporáneo, la musicóloga Katherine Brandt que viaja, pese a las objeciones de su hija Clara, a conocer e investigar en los archivos de Beethoven en Bonn, Alemania, en pos de una serie de aspectos inéditos sobre ese artista, como fue su resistencia, su capacidad de trabajo y especialmente su caudal de creación y en particular su dedicación a lo que se conocería después como Diabelli Variations.
Hay que acotar el hecho de que Kaufman tuvo la corazonada de investigar lo que pasó con Beethoven y los valores intrínsecos de esas partituras, por lo que se asesoró con William Kinderman y Katherine Syer, musicólogos de la Universidad de Illinois y especialistas en toda la obra del “gran sordo”, como también se conoce a ese extraordinario músico.
Kinderman y Syer reconocieron que Kaufman los agobiaba con sus preguntas e inteligentes observaciones sobre el compositor y su música, puntualizando las dificultades que tiene el teatro para mostrar las peculiares del proceso creativo de un músico y en especial uno de la talla de Beethoven, quien sí vivió en medio de difíciles circunstancias sociales y económicas hasta el final de sus días.
Con ellos, Kaufman sació su sed de conocimientos sobre las razones que pudo haber tenido el gran músico para estudiar y versionar tantas veces una melodía tan trivial como la que había compuesto Diabelli, tras un intenso trabajo que le consumió varios años de su vida.
Todo eso lo llevó en su borrador al taller de dramaturgia del Festival Sundance, en Utah, convencido de que debía escribir un definitivo texto teatral no para reproducir una simple anécdota histórica sino para atrapar esa compleja etapa de la vida de Beethoven, no tan estudiada exhaustivamente, y proponerla como ejemplo para todos aquellos creadores que pretendan claudicar ante obstáculos externos e internos.
La obra que ahora se dispone a mostrar en San Luis y después en Nueva York, se desarrolla alternamente entre la Viena del siglo XIX y una ciudad estadounidense, en un espacio donde están presentes una serie de estanterías con manuscritos musicales y unos cuantos paneles sobre las respectivas composiciones de Beethoven que complementan el espectáculo visual, para lo cual las tareas asumidas por los técnicos en estenografía y en proyecciones Dereck Mclene y Jeffrey Sugg, respectivamente, son fundamentales; lo mismo que los trabajos adelantados para el vestuario, la iluminación, las pelucas, donde participaron Janice Pytel, David Lander, y Chuck LaPoint, entre otros.
¿Por qué y cómo el mítico Beethoven hizo eso?
Ese el tema fundamental de 33 Variations, uno de los montajes más ambiciosos de Kaufman, una producción lograda entre Tectonic Theater Project, con la participación de los actores Mary Beth Peil, Don Amendolia, Greg Séller, Susan Kellermann, Graene Malcolm, Laura Odeh y Eric Steele, y la pianista Diane Walsh, y la poderosa organización Arena Stage.

martes, marzo 04, 2008

El rey de los mosquitos de nuevo en escena

Uno de los héroes de la historia de Venezuela que reposa en el Panteón Nacional tiene una historia rocambolesca poco difundida. Y es precisamente la directora y autora Lupe Gehrenbeck (Caracas, 1957) quien la ha teatralizado y desde el 5 de marzo la exhibirá en el Trasnocho Cultural. Se trata del espectáculo Gregor Mac Gregor, rey de Los Mosquitos, donde participan los actores Elba Escobar, Adolfo Cubas y Anabella Troconis, además del grupo musical Herencia.
Lupe admite que no está invitando a un estreno como tal, ya que, durante la temporada 2007 del Trasnocho, había mostrado un primer montaje, anteriormente exhibido en París (noviembre de 2006), con el actor venezolano Julio Bouley y las actrices francesas Rosario Audras y Elodie Bernardeau.
Sobre Gregor Mac Gregor, rey de los Mosquitos, escrita originalmente en español, y traducida al francés y al inglés, advierte que “no es una biografía teatralizada, sino un teatro centrado en diversos aspectos históricos, porque se trata nada más y nada menos que de un héroe de Venezuela, que además esta enterrado en el Panteón Nacional. Su fantástica vida como militar y como estafador me llevó a escribir la obra y además mostrarla aquí y allá”.
Comenta que Gregor Mac Gregor nació en Escocia pero murió en Venezuela convertido en héroe patriota, luego de librar muchas batallas en la lucha por la independencia de América. En sus andanzas tropicales se le hizo posible inventar un país, Poyais, en lo que ahora es Nicaragua, cuyas tierras y bondades vendió a muchos en Europa, embaucando hasta a la mismísima Bolsa de Londres. En Inglaterra se le cita en los estudios de economía por sus rimbombantes estafas; en Venezuela aparece en todos los libros de historia y son varias las calles que llevan su nombre. En París fue apresado en 1826. Hacia 1839, a los 53 años de edad, huyéndole a la desventura y a los acreedores, se refugia en Venezuela, donde se naturaliza y el gobierno lo reincorpora al ejército, pagándole los sueldos caídos. Tras la muerte de su esposa, publica Exposición documentada, un folleto autobiográfico y se dedica al cultivo del gusano de seda hasta que finalmente muere ciego.
OBRA
Lupe (su verdadero nombre es Thais Guadalupe) culminó la escritura el 19 de abril de 2006 y su relato escénico sobre Gregor Mac Gregor, dividido en 11 escenas, esta hilado a través de dos mujeres enfrentadas por su noción de la verdad, de lo justo, de lo mejor; ellas son dos visiones o dos mundos; una es Josefa Antonia Lovera, prima del Libertador Simón Bolívar, su esposa, con quien procreó tres hijos y la otra es su supuesta amante, Marie Rossette, parisina, reportera, simpatizante de las ideas revolucionarias suramericanas. “Entre ellas, el prócer cuenta su vida. Y la pieza se centra en ese juicio parisino, donde Josefa Antonia se niega a declarar, mientras que la francesa Marie defiende al estafador y mueve sus influencias para que recupere la libertad”.
La autora aclara que con su pieza pretende acercarse a “lo que somos y nos hace distintos, americanos y europeos, sangre mezclada que nos hace posibles a muchos, a través de los sentimental o lo femenino y sin tener la verdad en la mano. Es la saga de un gran sueño o de una gran estafa. Cada espectador es libre de juzgar según su entender, ya que la victoria del vencedor tiene el mismo origen que la derrota del vencido”.
AUTORA
Lupe, con ancestros alemanes, franceses, andinos, cumaneses y caraqueños, tiene una formación universitaria que pasa por las Escuelas de Sociología y Antropología (1977-1979) y de Artes ( 1979-1984) de la UCV, además de intensivos talleres de música, y una serie de seminarios de actuación con José Ignacio Cabrujas, Juan Carlos Gené y Enrique Porte. Su capacidad de trabajo y la inteligencia que posee lo demuestra en lo que hace. Pero ella no le hizo caso a esa ineludible carga genética y se dedicó de lleno a la actividad artística, como directora o autora, también es música académica y actriz. Es autora de diez obras de teatro, la mayoría de las cuales han sido puestas en escena con largas y exitosas temporadas en distintas salas caraqueñas y giras a nivel nacional. Ella cita a Descubierta, Diván, Había una vez un pez, ¿Quieres venir a mi piñata?, Las niñas de Santa Fe, Nos vamos o nos quedamos, Con A de Ilusión, De Miracielos a Hospital y Gregor Mac Gregor, rey de los Mosquitos. Actualmente prepara el estreno de Infidelidades de diván, para exhibirla en el Celarg durante el venidero mes de abril.
Sobre su teatro se ha dicho que incursiona en lo orgánico de lo aparentemente cotidiano o sin importancia. Pleno de suspicacia femenina, llega a descubrir profundidades insospechadas. Pero en sus textos el humor siempre está presente, como ocurrencia inevitable, y ha aceptado que se nutre “de la temperatura del verbo del Caribe”.
HEROE
Lupe explica su fascinación por Gregor Mac Gregor, porque vivió muchos años en Europa y allá trató de explicarse lo que somos los latinoamericanos. "Realice una exhaustiva investigación histórica sobre ese hombre que vino a Venezuela con Francisco de Miranda y se quedó aquí, aunque vagó por el resto del continente, retornó a Europa y culminó su vida en la nación que ayudó a crear. Pero tuve que ceñirme a su biografía para hacer la estructura de mi obra. No pude olvidar que nació en Edimburgo, Escocia, el 24 de diciembre de 1786 y murió en Caracas el 3 de diciembre de1845. Fue general de división y combatió en la Guerra de Independencia de Venezuela”.

Penitentes está entre T. Williams y E. Palencia

En estos días, cuando se recuerdan los 25 años de la muerte del dramaturgo norteamericano Tennesse Williams, el venezolano Elio Palencia ha podido mostrar en la escena caraqueña, apuntalado por el grupo Teatrela, su más reciente texto Penitentes, creado a partir de un complejo suceso homosexual. ¡El teatro copia a la vida y en ocasiones la vida se inspira en el teatro!
Sin pretender desmeritar la creación de Palencia, sino buscando otros enfoques para contrastar opiniones en medio de un contexto teatral banal y abiertamente comercial, que no es precisamente lo que pasa con Penitentes, recordamos que Williams dijo que siempre había creído que si el tema de una obra es importante, no se debe permitir que detalles tangenciales como la orientación sexual concreta de los personajes desvirtúen su significado; “de hecho no creo que exista nada parecido a una orientación sexual concreta. Creo que todos somos sexualmente amigos”.
¿Pasa eso con la pieza de Palencia?
Él ha escrito que lo que más le interesa es la indagación en elementos de la venezolanidad, y su interés es compartir preguntas acerca de quienes y cómo somos como sociedad, “para ver cómo coño, sabiéndonos un poco más, avanzamos. Trato la homosexualidad, generalmente como otredad. Además abordo el machismo, la doble moral, la intolerancia y el irrespeto al otro, la situación de la mujer, el embarazo precoz, la dificultad criolla para la coherencia, nuestros mapas como seres caribes, etcétera. Pero siempre en mi inquietud por la responsabilidad individual, como los personajes dentro de un contexto social, como es la Venezuela que me ha tocado vivir”.
Dejamos a los espectadores que opinen o juzguen lo que dicen estos autores, pero después de que hayan visto el espectáculo al cual nos referimos y que además recomendamos, porque se atreve a salir de la bastarda comercialización que hay en la escena criolla.
PENITENTES
El cura católico Jorge Piñango Mascareño (Barquisimeto, 47 años) apareció asesinado en una habitación del caraqueño hotel Bruno, el 22 de abril de 2006. Las investigaciones que esclarecieron las causas de dicha muerte (asfixia mecánica y hematomas en la región occipital y nasal) y además identificaron al supuesto criminal (Andrés José Rodríguez Rojas), inspiraron al dramaturgo Elio Palencia para que pergeñara su oportuna, estrujante y valiente pieza Penitentes, la cual, bajo la creativa y excelente dirección de Costa Palamides, hace temporada en el Celarg, con las sólidas, convincentes y plausibles actuaciones de Ludwig Pineda, Delbis Cardona y José Gregorio Martínez, tres generaciones actorales de gran valía.
Ese suceso, calificado como “homicidio con alevosía, hurto de vehículo automotor, y obtención de bienes o servicios mediante mecanismos informáticos”, fue un festín para los investigadores y los medios de comunicación porque señalaron al muerto y su homicida (de 24 años) de practicar conductas homosexuales y proxenetismo. Pero Palencia (Maracay, 45 años), sin acusar a nadie, salvo recordar en el prólogo y el colofón del espectáculo las características de tan sangriento y escandaloso suceso, creó un clima expectante para su obra y logró plasmar ante su curiosa y comprometida audiencia una especial reflexión sobre los comportamientos sexuales en Venezuela y al mismo tiempo un análisis de los niveles de homofóbia que existen en esta sociedad.
Penitentes, que se desarrolla en un solo acto de 65 minutos, es el drama de un muchacho gay que visita en la cárcel al joven que mató a su amigo sacerdote en la habitación de un hotel, tras haberlo conocido en un antro gay. La obra, que es un desgarrador grito de rechazo contra los estereotipos sociales, y más allá de los dimes y diretes sobre la sexualidad, el celibato. la prostitución y la marginalidad social y cultural, es una joya dramatúrgica donde se juega hábilmente con las unidades de acción, tiempo y espacio cual si fuese el ensayo para una filmación.
Si la obra es audaz en sus planteamientos y en su estructura, la puesta en escena también obtiene un equilibrio visual al aplicar el concepto del teatro arena (el público rodea a los actores) para mostrar a sus personajes en la cama del hotel o en la discoteca o en la cárcel. Están encerrados y espiados por “el crítico de las mil cabezas”, todo eso con un ritmo escénico acelerado y llevando el compás de la música de una estruendosa discoteca, porque es ahí donde esos tres hombres sellaron sus destinos, un espacio donde la palabra es desplazada por el ruido de sus infiernos particulares.
El director Palamides obtiene, y con precisión, que en ese espacio escénico y con la entrega desenfadada de sus tripleta de actores se materialice un angustiosa y aleccionadora metáfora capaz de conmover a su audiencia y advertirle los riesgos que conlleva vivir en una sociedad donde los prejuicios impiden no sólo la libertad sino la existencia misma.
Y hay que reconocer el trabajo de Coco Seijas y Juan Carlos Azuaje como los eficaces productores, ya que sin ellos el trabajo artístico habría sido difícil o nunca se hubiese llegado a la escena.

lunes, marzo 03, 2008

Atanasio Alegre y el segundo Renacimiento

Creo que a estas alturas y vecinos como están mis días finales, yo también podría suscribir aquellas palabras que Lutero -¿tengo en verdad una cierta obsesión con este hombre?- escribió el año pasado a su amigo Spalatino: Tu sabes que si los bienes del hombre en el mundo deberían ser destruidos, son los que pertenecen a los príncipes. Ser príncipe y ser ladrón es lo mismo y el príncipe es mayor ladrón, en la medida que es un gran príncipe.
Así monologa Johannes Reuchlin, el maestro de hebreo de Martín Lutero, el gran revolucionario del Renacimiento, tal como lo plasmó Atanasio Alegre en su novela histórica El crepúsculo del hebraísta, literatura que va más allá de una saga de ficción donde la fe, la corrupción, la intolerancia y la ambigüedad del ser humano se disputan el reino de la tierra.
Se trata de un culto y severo discurso crítico del autor que recrea vidas que él no ha podido vivir. Es espejo para el camino o peculiar metáfora para los entendidos. Y en estos tiempos y en esta sociedad y en este aquí y ahora, eso es muy necesario, porque eso ocurría y se decía hace casi 500 años y ahora se puede escribir lo mismo porque tal sociedad aún existe y tiene diferentes ropajes, reitera el escritor, quien con esas 304 páginas, publicadas por Alfa Ediciones, completa su primera docena de libros, los cuales van desde ensayos hasta cuentos, pasando por narraciones largas. ¡Intelectual a tiempo completo!
Escribe sobre Reuchlin porque con su novela histórica plantea una reflexión sobre lo que hubiera podido suceder si este no aparece. Novelizar a este personaje es aludir al descubrimiento de la imprenta, porque sin ella no se hubiese dado la Reforma Protestante, ya que le permitió a Lutero, el mismo que predicaba que había que divinizar al hombre y humanizar a Dios, publicar 600 mil copias de sus escritos y escindir para siempre a la Iglesia Católica Romana. Y para eso aprendió el hebreo, lo cual permitió leer los manuscritos antiguos y así la Biblia fue mejor comprendida y popularizada gracias al gran invento de Gutemberg, que aparece hacia 1450.
Con su novela da una visión sobre el poder y la corrupción, algo que esta muy de moda en estos tiempos, pero no es una pieza biográfica. Pululan las intrigas, las persecuciones de la Inquisición y otros crímenes. Es uno de los incubadores del Renacimiento, etapa del pensamiento europeo que desemboca en la Ilustración y esta en las revoluciones que terminan por cambiar el mundo. Pero ahora se va hacia otro Renacimiento y de ahí el valor metafórico de este texto.
-¿Cómo es ese Renacimiento?
-No soy profeta. Solamente recuerdo que H.G. Wells habla de “the shape of things to come”, es decir, de la singularidad de las cosas por venir. Lo que terminó con la Edad Media fue la irrupción de la cultura oriental que trajeron a Occidente quienes huían de Bizancio en manos de los turcos. Fue la cultura pitagórica y el interés por los idiomas antiguos, sobre todo el griego y el dominio del latín. Sobre lo que influye esa nueva cultura, ese Renacimiento, es sobre el concepto de autoridad. La autoridad no viene de Dios, sino del hombre mismo. Y de aquí van a nacer los movimientos revolucionarios. Hoy la influencia viene del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y de Asia en general. Esta influencia significa una nueva gestión del mundo a través de la globalización. Entonces la pregunta sería: ¿la comunidad atlántica y los países industrializados tienen la fuerza económica, laboral y cultural para hace frente a esta nueva irrupción? Occidente pierde influencia, sus sistemas de valores y la axiología están cambiando y van a tener que adaptarse. No de trata de un choque de civilizaciones, sino más bien de un choque dentro de las civilizaciones. Y estos son ingredientes para un nuevo Renacimiento, si se quiere mirar al futuro o la singularidad de lo porvenir de que habla Wells. Y este ya comenzó.
Filósofo y psicólogo
Era un filosofo de 28 años cuando llegó a Caracas en 1958. Vino de León, España, y egresó de la UCAB, hacia 1963, Summa Cum laude como psicólogo social. Con su única esposa procrearon tres hembras y un varón. Ingresa a la docencia en la UCV y en 1991 lo jubilan, pero en 1994 lo llaman para ocupar la dirección de Cultura, donde permanece hasta finales de 1996. Admite que la vida como profesor si se quiere estar al dia es enriquecedora y estimulante, sobre todo si se desarrolla una labor como conferenciante, asistente a congresos como ponente y además se entrega a la publicación dentro del campo de su especialidad. Esa fue su experiencia. Cree que sus cuatro libros de ensayos lo llevaron primero a la novela: El mercado de los gansos, sobre la vida de Telemann en Hamburgo, y luego a la trilogía sobre el acontecer venezolano. Alguien dijo que sus narraciones participaban de ambos géneros: eran novelas ensayísticas. Pero tanto el ensayo, como la novela requieren de investigación y de metodología, para lo que sirvió su pasantía por Alemania.